LA GENTE ESTÁ MUY NERVIOSA,

 pero que muy, muy nerviosa con esto de los contagios del covid. 

Ayer me encontré con una amiga, llevábamos tiempo sin vernos y nos pusimos de cháchara en el ensanche de una calle peatonal, respetando la distancia social. 

Escuché atentamente el discurso que tenía mi amiga:

- Todo lo que está pasando está perfectamente orquestado, nos han metido esos días de confinamiento y toque de queda, para  que  las UVIS se descongestionen un poco y nos puedan admitir cuando vengamos a la vuelta del  puente de la Constitución, porque en ese puente nos "soltarán" para que nos gastemos el dinerito en las tiendas y así  darle un empujoncito a la economía.

Al volver del puente nos volverán a encerrar en nuestras casas, hasta que llegue Navidad, para que sigamos comprando hasta después de Reyes, que será la encerrada peor, que durará hasta que en febrero o marzo empiecen a ponernos las vacunas.

- Yo no me la pienso poner - dije- cuando me puse lo de la gripe advertí a la enfermera que no se fuera a equivocar y estuviera ensayando conmigo la vacuna del covid.

 Eran las doce de la mañana y estábamos enfrascadas  en esta conversación  con mascarilla bien puesta, con una separación entre nosotras  que  por  medio podía pasar el camión de bomberos  y las manos recién lavaítas, aunque eso no viene al caso, en esto que pasa  un tío y con una voz desagradable y gestos con las manos nos  dice:

-¡Circular... circular...!, luego no queremos contagiarnos, venga ya.... a vuestras casas...

Mi amiga y yo nos miramos, sin saber porqué nos caía ese roción, en un espacio que no había nadie, sólo nosotras y nos dio por reír y  decir a coro nuestra frase recurrente en estos casos:

"La gente necesita follar más"