JUEVEANDO CON MAPAS, BRÚJULAS, RELOJES Y CALENDARIOS:

 Esta semana nos dirige Neo y la propuesta que nos hace es escribir sobre lo que da título a esta entrada, en el relato debe aparecer al menos uno de los objetos propuestos.

Para leerlos entrad en su blog

Esta etapa de confinamiento y perimetraje urbano, en la que el tiempo queda suspendido y los relojes dejan sus manecillas en reposo, me ha parecido que la debía dedicar a viajar a mi interior explorando nuevas rutas.

He preparado el equipaje, porque parece que el  viaje será largo.

Es fundamental llevar previstas toda clase de respiraciones, que equivaldrían a las pastillas para el mareo que llevamos en los viajes ordinarios. porque se me antoja que los caminos estarán llenos de curvas cerradas, subidas, bajadas y recovecos.

La consciencia como cayado y punto de apoyo para evitar caer. 

También es conveniente usar como herramientas el silencio y la meditación , que harían el mismo papel que hacen la hoz y el machete  para desbrozar la maleza que se apodera de los caminos poco transitados.

Hasta hace poco, no había tiempo para el autoconocimiento porque la prisa, el trabajo, las ocupaciones y preocupaciones  domésticas primaban sobre todo lo demás.

Ahora, por imposición, tenemos tranquilidad e incluso podemos tener ganas para abordar esta experiencia sin agobios porque los días y los meses los gestiona un ser microscópico, que nos evade  de  tener que mirar el reloj para ajustarse a las horas y a los días que marca el calendario.

Es por eso que pienso estar en el mejor momento de mi vida para realizar este apasionante viaje , sin ni si quiera moverme de casa:

Sin mapas que desdoblar y doblar, con lo difícil que es eso.

Sin brújalas que detesto profundamente.

Sin relojes que agobian con su monótono tic-tac.

Sin calendarios que sólo sirven para tachar días tediosos.

Sin nada de esto y precisamente por ello, dedicada exclusivamente a desandar  lo andado , desaprender lo aprendido, perder el Norte y buscar el Este, que es por donde sale mi Sol, que me da luz, calor, energía y vida.

Espero tener tiempo para hacer limpieza a fondo y poner todo en orden e incluso creo que me sobrará para disfrutar del trabajo realizado, sentada en mi rincón preferido oyendo la banda sonora de mi vida y recreándome  en sus escenas,  mientras contemplo el espectáculo del Sol en su amanecida e imagino la mar, mi mar, serena y tranquila como mi alma.

Os dejo, el camino me espera y ya sabéis lo que dice el poeta, tengo que hacerlo al andar.