Esta semana le ha tocado conducirnos a Roxana que nos ha propuesto escribir sobre la máscara, ya sea física o aquellas que no se ven pero que esconden, igual que las otras, un rostro que no quiere ser visible.
Podéis contemplar nuestra máscaras aquí
Podéis contemplar nuestra máscaras aquí
Todos los días se esmeraba ante el espejo de su camerino en maquillar su rostro con los mil y un afeites que transformarían su belleza natural en aquellos odiosos rostros con los que cada tarde se convertía en la bruja más esperpéntica del cuento que se representaba.
Día tras día en las taquillas del teatro, se colgaba el cartel de "agotadas las localidades".
Nadie se quería perder los cambios que la protagonista introducía a diario en la caracterización del personaje: Era toda una sorpresa las variaciones que haría en su vestuario y en su maquillaje la "prima donna" del cuento, dando otro sentido al argumento sin cambiar un ápice el texto, con lo cual la representación parecía ser distinta cada vez que se alzaba el telón.
Al terminar la función, de nuevo en su camerino, empezaba la labor de desbroce del personaje y a medida que iba quitando capas de maquillaje iba apareciendo su verdadero rostro, mejor dicho su verdadera máscara, aquella que escondía tras una bella cara de mujer un, también bello, sexo de hombre.
Sorprendente.
ResponderEliminarBesosss
;)
EliminarCuanto esfuerzo cuesta cubrir nuestra mirada, o pena, o dolor, su verdad, algunos con una mascara cubren su maldad. Estos días estoy viendo los Carnavales de Cádiz y casi no hay mascaras, aunque los tipos son fabulosos.
ResponderEliminarAunque quedan máscaras, cada vez van quedando menos afortunadamente.
EliminarLas que quedan nunca se quitarán porque son necesarias para atar y robar.
Digno desenlace para un bello relato. Nos sabes llevar de la mano con una prosa precisa y brillante, hasta un final inesperado, pero tan real como la vida misma.
ResponderEliminarYo a eso le llamo, saber dominar el dificil arte de las bellas letras.
Enhorabuena y un beso de admiración.
Bueno, parece que te ha gustado. Me alegro mucho
EliminarGracias por tus cariñosas palabras.
Un enorme beso de agradecimiento.
Ohhh, me has sorprendido Tracy. No recordaba haberte leído ningún relato de este estilo.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un beso
Celebro que lo hayas considerado así, más vale tarde que nunca, jajajajaja
EliminarGracias y un beso
Un texto lleno de mucha realidad , las artes escénicas dan libertad aquellos que las realizan a desarrollar muchos personajes en un solo cuerpo ..a veces ni ellos mism@s saben cual es su verdadero rostro.
ResponderEliminarUn abrazo a medía mañana nunca viene mal ..Feliz resto del jueves.
Y al acabar el día , está aún mejor.
EliminarLa máscara de la personalidad está tan adherida al rostro que no podemos ver sin ella y creemos que el hecho de quitarla, nos haría débiles y no aptos para este mundo. Entonces, la “máscara” toma el control y gobierna nuestros días. No hay un conocimiento real sobre nosotros porque nos ponemos la máscara y vivimos con la apariencia de lo que nos hemos creído y además hemos potenciado y con lo que nos encontramos totalmente a gusto y satisfechos la mayoría de las veces. Cuando se logra se producen cambios enormes en la forma de mirar la vida. Conocerse a uno mismos es ser integro, con nuestro Yo.
ResponderEliminarBesitos!
¡¡¡ Bravo!!!
EliminarLa máscara de una sonrisa no cura la tristeza.
ResponderEliminarNo sólo no la cura, sino que la potencia, al menos eso creo yo.
EliminarImagino lo camaleónico e interesante para su profesión tener tal variedad de registros y máscaras... supongo que todos los actores tienen esa virtud :)
ResponderEliminarBss
Sí además del registro añadido que tenía jejejeje
EliminarAplauso. Te quedó genial!
ResponderEliminarBeso a tu inspiración.
Le daré el beso de tu parte a la Inspiración, cuando la vea, a veces tarda mucho en hacerse visible.
EliminarTercer intento de comentar...
ResponderEliminarTe aplaudo, tu historia en una brevedad, te quedó espléndida. Me imaginé una pieza teatral china.
Besos.
A la tercera va la vencida y en este caso hasta a la segunda, jejejeje
EliminarMuy bueno , muchas personas se ocultan tras una mascara para no dejar ver su realidad
ResponderEliminarbesinos
Así es, pero la realidad no se les despega, va por dentro. Un beso
EliminarA veces la sociedad obliga a crear máscaras.
ResponderEliminarUn abrazo.
... y otras nos obligamos nosotros mismos Amapola.
EliminarBesos
Excepcional ... auténtico.
ResponderEliminarUn abrazo, Tracy
Gracias Enrique, ponte pronto bueno.
EliminarUna abrazo
Buen final.
ResponderEliminarBesos transformados.
Besos transformados en abrazos.
EliminarEse final de tu relato me ha sorprendido.
ResponderEliminarUn placer leer tu relato juevero.
Un beso enorme.
Es lo que pretendía, si lo he conseguido: me alegro muchísimo.
EliminarQué buen giro final, mi querida amiga.
ResponderEliminarDe niña siempre me causaba tristeza mirar los rostros de los payasos. Su labor es maravillosa, pero yo, como siempre, iba más allá… y por alguna razón, sentía o percibía esa línea que perfilaba el verdadero contorno de unos labios… más tristes que los pintados…
De alguna manera me lo ha recordado tu relato; muy bueno…
Bsoss enormes, Tracy, y muy feliz tarde.
Los payasos siempre los hemos visto con esa dualidad, que nos hacía presentirlos tristes, no sé por qué con lo peques que éramos.
EliminarMuy bueno, Tracy.
ResponderEliminarTantas máscaras... una pena.
Besos.
... y detrás de ellas tanto HP
EliminarUn abrazo, Toro.
Actuar sobre las tablas y debajo del escenario...
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
Actuar las 24 horas del día debe ser durísimo y sin descanso.
EliminarEl arte tiene muchos caminos...
ResponderEliminarBesos y salud
Y todos conducen a Roma, jajajajaja
EliminarEl giro final es de lo más sorprendente porque al final ¿Cual es la autentica mascara? Besos.
ResponderEliminarNi él mismo lo sabe.
EliminarUn poder que solo tienen los actores/actrices de pura raza! Un abrazo 😊
ResponderEliminarY si además es travesti... más poder.
EliminarDesde niño me han inquietado las máscaras, precisamente por no saber qué sorpresa se puede esconder detrás de ellas. Tú has recogido esa sensación en tu relato.
ResponderEliminar... porque yo también sentía lo mismo.
EliminarTanto la sociedad como nosotros mismos nos obliga a poner máscaras, pero la máscara que esbozó una sonrisa, ocultó una lágrima.
ResponderEliminarEs buenísimo, Tracy, todo un placer la lectura
Gracias, viniendo de ti, un piropazo.
EliminarLa mascara, que pronto aprendemos a ponérnosla, unos por una cosa y otros por otra y a veces nos la ponemos hasta para nosotros mismos. Un relato sorprendente. Un abrazo
ResponderEliminarCelebro que te haya parecido sorprendente.
Eliminar¡Es tan difícil reconocer la máscara real de la máscara ficticia...!
ResponderEliminarSalu2 reales.
Pero que muy difícil.
EliminarHola. Nunca te había imaginado en esta tesitura,pero hay que reconocer que la vida cambia cada dia y se hace más liberal. Me ha gustado tu texto,como siempre!!!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Montse.
EliminarMuy bueno, Tracy, muy bien narrado.
ResponderEliminarLa sociedad las sobrevalora e incluso las estimula, hasta el punto de no distinguir entre autenticidad y falsedad.
Un beso fuerte.
¿Tú crees? creo que quien las valora es el propio individuo porque con ella puede hacer cosas que sin ella no es posible hacerlas.
EliminarSorpresivo, me encantó la idea y su narración. saludos.
ResponderEliminarMe alegro que te gustara la narración y en cuanto a la idea, puedes participar todos los jueves, ya me lo dices si te apetece.
Eliminar¡Hola! Qué genial esto de tener máscara sobre máscara ¡me sorprendió! Te ha quedado muy bueno. Gracias por sumarte.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Gracias a ti por conducirnos.
EliminarMe alegra que te gustara el relato.
Me ha encantado la sutil manera en que nos pones en situación en el relato...el personaje y la persona, la máscara y la vida...
ResponderEliminarBesos
Sí son muchos personajes dentro de uno.
Eliminar¡Me encantó ese final! No me lo esperaba para nada. Me recordó a la figura de Farinelli, de quien sin duda te animo a que descubras su historia si te pica la curiosidad ;)
ResponderEliminar¡Besos!
Conozco la historia de Farinelli, muy interesante, sólo que mi protagonista no estaba castrado, pero sí... lo puede recordar.
EliminarGracias por tu comentario y besos