de la mano de Vici Solitari"
https://elvicisolitari.blogspot.com/
En su enlace podéis leer lo que escribamos, sobre las siguientes premisas:
PREMISAS PARA EL RELATO:
Lugar: En la terraza de un ático
Personajes principales: Una persona de genero a elegir, de carácter serio y circunspecto, y una tórtola de genero y carácter a elegir
Inicio: La persona está mirando el paisaje apoyada en la baranda, cuando por ella se acerca caminando la tórtola y por primera vez se dirige a la persona y le pregunta: ¿hoy hay lentejas para cenar?
Era una noche maravillosa de agosto, la ciudad se extendía a los piés del edificio donde se encontraba asomado D. Hilario, un señor serio, y circunspecto que podría estar frisando los setenta años. Apoyado en la baranda de la terraza de su ático disfrutaba de las aguas del mar que a él le parecían los volantes de una bata de flamenca formada por las construcciones pue se agolpaban alrededor de su altísima Torre de Apartamentos, de la que él era dueño y vivía en su cúspide, para contemplar su emporio desde lo más alto.
Ensimismado en sus pensamientos, a la vez que contemplaba las volutas de humo que exhalaba de su Habano, le pareció ver entre ellas una tórtola, al principio pensó que eran ensoñaciones suyas pero enseguida al verla posarse en la baranda, supo que era real y más aún cuando la oyó decir:
- ¿Hoy hay lentejas para cenar?.
¡Era su mujer!.
- Tortolita mía, pero... ¿Ni desde el otro mundo me vas a dejar tranquilo con las famosas lentejas?
- Sigues llamándome "tortolita" y yo voy a empezar a llamarte "cazador" y asesino, primero porque fuiste un cazafortunas casándote conmigo y segundo por desviar el tiro de la tórtola hacia mí y quitarme de en medio. La verdad es que me alegro, ya estaba harta de ponerte todos los días lentejas para cenar, porque según tú tenían mucho hierro y eran buenas para la erección pero yo nunca vi los resultados.
- ¡Calla tortolita, por Dios, calla!, no, me atormentes más con eso.
- A partir de ahora vas a comer lentejas en el almuerzo y en la cena hasta que te mueras.
- ¡Estás loca!
- No creas, la tórtola que salvé del perdigón que me dedicaste a mí, en agradecimiento a haberle salvado la vida, alojó mi espíritu en su cuerpo y me traspasó sus poderes y harás lo que yo quiera que hagas.
No intentes matarme de nuevo, porque no podrás hacerlo.
Así es que... a comer lentejas y no vale el dicho de "el que quiere las come y el que no, las deja".
Esa misma noche D. Hilario, se tiró desde la terraza de su ático y dicen que lo acompañó en el vuelo una tórtola.
Lo de las lentejas es puro marketing...
ResponderEliminarEl asesino se lo tiene merecido, y me parece poco.
Lo mismo sube el precio de las lentejas a partir de este jueves, jajaja
EliminarQue dramático giro al planteamiento. se convierta en casi policíaco.
ResponderEliminarEl refranero de las lentejas no podía faltar y menos en nuestra más refranero participante.
Veremos en cuantos relatos aparece.
Abrazooo
Esta vez me ha salido así , policiaco, jejeje
EliminarSe la guardó bien guardada la "tortolita", y supo vengarse por todo lo alto.
ResponderEliminarNo sabía de tus habilidades en el humor negro :))
Un beso, Tracy
Jaja, yo tampoco, es un género que no lo trabajo, jajaja
EliminarMuy bien parido el relato. Felicidades.
ResponderEliminarEfectivamente ha sido un parto con dolores, jajaja
EliminarUma história bem contada que gostei muito de ler.
ResponderEliminar.
Saudações poéticas e amigas.
.
Me alegro que te haya gustado.
EliminarEstá claro que antes de su último vuelo, D. Hilario, se comió un buen plato de lentejas, a su indigestión se culpó, de ese afán, por volar cuál una alondra pesada, desde su fantástico ático con vistas marinas, al pringoso suelo callejero, donde jamás osaba poner los pies, pero no tuvo inconveniente en dejar su cara.
ResponderEliminarExcelente relato, tras leerlo te quedas más a gusto. :)
PD
Me he quedado de un satisfecho subido, tras tu última respuesta. Gracias
Por lo menos que se haga justicia en la ciencia ficción ¿No te parece?
EliminarNo sé a qué comentario te refieres en cualquier caso, me alegro.
Besos
Me parece, me parece!!!
EliminarEn el que te disculpas por haber dejado bajo un
a farola, en plena intemperie, con un ramo de flores para ti, que era mi comentario sin contestar. ;))))
Me cachis...!
Eliminarjajaja, muy bueno Tracy! Tu imaginación no tiene parangón! Un abrazote!
ResponderEliminarGracias mil, hermanita.
EliminarSiempre es un placer leer tus relatos..es algo que desde hace tiempo espero encontrar en estos jueves porque de antemano estoy segura que lo que encuentre desbordara imaginación...y disculpa tanto entusiasmo por tus letras, pero es que te lo mereces...besososos
ResponderEliminarQué te tengo que perdonar?, lo que estoy es super contenta con ese entusiasmo que me manifiestas, sobre todo viniendo de alguien como tú que escribe tan bien.
EliminarUn besito
Vaya penitencia la de D. Hilario, de aguantar todos los días a la tórtola preguntandole por las lentejas! No la veo tan insoportable aunque igual le pudo la mala conciencia! Un abrazote Tracy y gracias por participar!
ResponderEliminarLa conciencia debió ser , aunque como no he matado nunca a nadie, no lo sé, jejeje
EliminarLa mala conciencia, quizá la podría olvidar algún día. Pero desayunar, comer y cenar lentejas siempre el resto de su vida... No me extraña que se tire desde la terraza.
ResponderEliminarM. Cristina
Pero si era él quien quería cenar lentejas todos los días para conseguir la erección.... Se tiraría por remordimientos, con toda seguridad.
EliminarPobre Hilario, no me extraña que se lanzará al vacío, condenado a comer lentejas y a aguantar a la tórtola de su esposa, jajaja, que final más inesperado Tracy, muy original. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Nuria.
EliminarUn besito
Excelente tu historia, realmente muy creativa, con un giro final sorprendente, te felicito y por cierto bien castigado está el asesino.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
Pienso igual que tú que en el pecado lleva la penitencia. Muchas gracias por tus palabras.
Eliminar¡Oh! Me ha sorprendido dos veces. Primero con la confesión de la señora de que su marido la había quitado de enmedio y segundo con el final. Fabuloso relato <3
ResponderEliminarAlmaLeonor_LP
Para la próxima lo voy a tener más difícil , porque no creo que te pueda sorprender tres veces.
EliminarBesos
Vaya, vaya, Tracy! Qué ingenioso y original giro le has dado el tema! Muy bueno e impensado final. Un abrazo
ResponderEliminarHoy salió así,he quedado contenta porque la propuesta era surrealista.
EliminarBesos
Jajaja Tremendo y divertido incluso! Esa tórtola mejor hacerle caso o matarse! 🤭 Besos por ahí!!!
ResponderEliminarEsa tórtola era de mucho cuidado
EliminarJesús , María y José.... la condena era atroz, la pregunta, se encontraría con su mujer arriba para seguir pagando?... pobre....
ResponderEliminarBuena pregunta ara la que no tengo respuesta.
EliminarAsí como la manzana, esta vez fue un perdigón perdido. jajajaja
ResponderEliminarEl caso es dejarnos sin Paraíso.
ResponderEliminarMuy interesante como lo planteaste.
ResponderEliminarToda una venganza del más allá.
No conocía eso de las lentejas. Aunque algún comentario lo niega, diciendo que sólo es marketing.
Bien contado. Un abrazo.