Nos dirige Inma y este es el tema que se le ha ocurrido, podréis leer lo que escribamos: aquí
- ¿Te has enterado que se ha muerto D. José?
- Ya decía yo que llevaba algunos días sin venir por la biblioteca. Y ahora... ¿qué pasará con nosotros?
- Tú como eres un libro erótico, seguro que los sobrinos de D. José te llevan con ellos, pero yo tan viejo... y mis páginas medio rotas... además ¿a quien le interesa el latín hoy día?
- Venga hombre levanta el ánimo, tú eres el libro más valioso que tenía D. José en esta biblioteca, perteneces a la saga de los incunables. Seguro que te salvarán y te llevarán a un lugar seguro, a una Universidad, a la Biblioteca Nacional, a un Convento...
- ¡Calla... calla...! Viví en mis propias hojas aquella quema de libros en el s.xv abanderada por el fraile Savoranola en la que se quemaron muchos cásicos aunque no era ese el objetivo. Así es que a los frailes, ni me los nombres.
- Bueno, tranquilízate. Pues sí que eres viejo... no creía que tuvieras tantos años, que digo años...siglos y para los que tienes, demasiado bien estás...
- Sssssssssss!, parece que alguien se acerca...
- Vamos a echar un vistazo a los libros que el viejo tenía por aquí.
- Qué aburrimiento... mientras tú miras yo me voy a fumar un porro.
- Como el espíritu del viejo te esté viendo, se hará presente y te tirará de las melenas, sabes que no le gustaban, como tampoco le gustaba que entráramos aquí, este era un lugar sagrado para él.
- ¡Vale hermanito! Mira, este libro cochambroso me va a servir para liarlo, que no tengo papel, con lo viejo que es, igual le da más güasa.
- Si sabe bien, líame otro a mí.
- Ya decía yo que llevaba algunos días sin venir por la biblioteca. Y ahora... ¿qué pasará con nosotros?
- Tú como eres un libro erótico, seguro que los sobrinos de D. José te llevan con ellos, pero yo tan viejo... y mis páginas medio rotas... además ¿a quien le interesa el latín hoy día?
- Venga hombre levanta el ánimo, tú eres el libro más valioso que tenía D. José en esta biblioteca, perteneces a la saga de los incunables. Seguro que te salvarán y te llevarán a un lugar seguro, a una Universidad, a la Biblioteca Nacional, a un Convento...
- ¡Calla... calla...! Viví en mis propias hojas aquella quema de libros en el s.xv abanderada por el fraile Savoranola en la que se quemaron muchos cásicos aunque no era ese el objetivo. Así es que a los frailes, ni me los nombres.
- Bueno, tranquilízate. Pues sí que eres viejo... no creía que tuvieras tantos años, que digo años...siglos y para los que tienes, demasiado bien estás...
- Sssssssssss!, parece que alguien se acerca...
- Vamos a echar un vistazo a los libros que el viejo tenía por aquí.
- Qué aburrimiento... mientras tú miras yo me voy a fumar un porro.
- Como el espíritu del viejo te esté viendo, se hará presente y te tirará de las melenas, sabes que no le gustaban, como tampoco le gustaba que entráramos aquí, este era un lugar sagrado para él.
- ¡Vale hermanito! Mira, este libro cochambroso me va a servir para liarlo, que no tengo papel, con lo viejo que es, igual le da más güasa.
- Si sabe bien, líame otro a mí.
Estos fumaos....
ResponderEliminarSi es que es para darles de comer aparte.
Besos.
no saben lo que se hacen...
Eliminar¡Noooooo! Qué pena de incunable. Pobre libro!
ResponderEliminarBuen relato con final trágico.
Besossss
Esta vez no ha sido un final feliz. Lo siento.
Eliminar¿Los propios libros se arrancan las hojas? ¡Vaya, vaya! Buenos días con abrazo
ResponderEliminar¿Comoooooooooo?
Eliminar¡Excelente relato! muy original.
ResponderEliminar¡Pobres libros! un incunable incinerado en un porro...
Besos, Tracy
Ha eso se llama rizar el rizo, jejeje
EliminarHOLA TRACY; ERES UNICA; LE DAS LA VULTA TA LA TORTILLA Y TE QUEDAS TAN ANCha , ME GUSTA TU ESTILO Y ESTA VEZ HAS ACERTADO COMPLETAMENTE.
ResponderEliminarBESO.
Me legro que te haya gustado y sé que cuando lo dices, lo dices de verdad.
EliminarUn beso verdadero.
Parece que los sobrinos salvarán bien poco. Una pena.
ResponderEliminarUn abrazo
Si con todos lo libros de la biblioteca de su tío hacen lo mismo... van a pillar una....
EliminarPena de libros. Esas hogueras que perdonen a los libros.
ResponderEliminarUn abrazo
Pena, penita, pena...
EliminarSeguramente estaría enfermo el día que explicaron en clase que había gente muy rara a la que la lectura de esos tochos para liarse porros le producía un gran placer.
ResponderEliminarSeguro, como también es seguro que de sentimientos cero patatero y de amor por la cultura... ni te cuento.
EliminarAhhh terrible destino para un libro! Terminar deshojado como excusa para encender un cigarrillo de lo que sea! Final aún peor que el que significa ser parte de una hoguera, ya que ese al menos queda grabado en el repudio en la historia colectiva de quienes son testigos de semejante ultraje. Un abrazo 😊
ResponderEliminarMucho peor, pero el desarrollo del relato me ha llevado por esos derroteros.
EliminarBesos
Vaya tela con los melenas, porrazos les daba yo..
ResponderEliminarUn beso, Tracy
Pobre tío, los cernícalos que tenía por sobrinos.
EliminarVaya par!!
ResponderEliminar;))
Besos!
Vaya par de dos. Dejémoslo ahí...
EliminarPobre libro tantas batallas ganadas para eso....muy bueno, besos.
ResponderEliminarPensaría aquello que pensamos las personas algunas veces: ¡No somos nadie!
EliminarSe lucieron a base de bien los niñitos.
ResponderEliminarBuen relato, Tracy. Y esos finales tan inesperados y sorprendentes me parecen geniales.
Un beso muy fuerte.
Hasta yo misma me he sorprendido... ya te digo.
EliminarEso se corrige con dos buenos palos en la sesera.
ResponderEliminarBesos.
Yo creo que hay otras maneas más efectivas.
EliminarMe vino a la mente aquello de ... "Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen"
ResponderEliminarDesde la angustia de un libro, muy bueno, un abrazo
Nunca mejor dicho en algunos estados , no se sabe lo que se hace.
Eliminarcualquier libro, trate de lo que trate, da pena que termine así... saludos!!!
ResponderEliminarPues sí. Les debemos veneración por todo lo que nos aportan.
Eliminar¡Para darle de tortas hasta en el carné de identidad!
ResponderEliminarMuy listos para una cosa y totalmente ignorantes para otras.
¡Dios, dame paciencia!
Me ha encantado como siempre ese toque irónico pero incisivo de tus letras.
Un beso enorme.
Me alegro mucho de que te haya gustado mi relato y de que me lo digas. Muchas gracias y un beso.
EliminarTriste destino el de algunos libros, Tracy.
ResponderEliminarSalu2.
¡Qué pena!
EliminarQue bueno eso de dar vida a objetos es sensacional aunque en ese caso los libros ya tienen su propia vida , pero me encanto lo que leí ...y una pena que ellos pensarán así ..
ResponderEliminarGracias amiga por tan lindo relato .
Abrazos.
Disfruto mucho personalizando a las cosas y poniéndome en el lugar de ellas.
EliminarBesos
Vaya cretinos...grrrrrr
ResponderEliminarBuen relato,Tracy.
Muchas gracias Carmen, muchas gracias.
EliminarQué penita me ha dado... Yo sufro con esto de los libros...
ResponderEliminarEs un relato muy original que me ha encantado.
Muchos besos, Trazy
Da pena, pero yo soy de las que creo que la realidad supera en mucho a la fantasía.
EliminarOh, no!!!
ResponderEliminarBueno, tal vez por vía pulmonar les entre la cultura, jeje.
Besos Tracy.
Jajajaja, ¡ojalá!
EliminarPor la cerrazón de las ideas hubo miles de noches de cristal...
ResponderEliminarBss.
Buen relato, Tracy.