Nos dirige Mag y nos pregunta si alguna vez hemos querido volar como un ave, o hemos sido pájaros de mal agüero o nos hemos sentido indefensos como un pajarillo.
De cualquier forma tenemos libertad para volar por donde queramos y luego contar nuestro vuelo en EL BLOG DE MAG
Usando la libertad que me da Mag, me quedo con el AVE FÉNIX al que le rindo mi homenaje
El ave que llama más mi atención, me atrae y me sirve de estímulo es el Ave Fénix.
Sé que no existe, que es una fábula, pero su magia le ha hecho atravesar a través de los tiempos, todas las culturas que han existido con pequeñas diferencias entre unas y otras para que se distinguieran, pero todas ellas han respetado la parte central del mito:
El Ave Fénix siempre renace de sus propias cenizas pero con más fuerza, con más energía y con más poder.
Existen pocas historias mitológicas con una enseñanza más clara y de una belleza más sublime.
Este mito apareció en la cultura china, tras varios milenios lo encontramos en Egipto, donde se contaba que cada 500 años el Ave debía morir, para ello se hacía su propio nido de ramas de canela, roble, nardos y mirra, se acurrucaba en él y cantando una preciosa melodía se iba consumiendo poco a poco.
Una muerte noble con música y en un nido que estimulaba todos sus sentidos hasta que al tercer día resucitaba, transportaba su nido al Templo del sol y comenzaba su nuevo periplo por el mundo, más empoderado que antes.
¿No os parece precioso?
Esta leyenda pasó a la cultura árabe y a la greco - romana en la que El Ave Fénix compite con los propios dioses a causa de su inmortalidad.
La mitología cristiana también da sus propios toques a la leyenda, como no podía ser de otro modo, y hace aparecer al Ave Fénix en el Paraíso Terrenal anidando en un rosal, pero cuando Adán y Eva fueron expulsados del paraíso por comer del árbol prohibido, de la espada del ángel que los echó, salió una chispa que incendió el nido del Ave Fénix, aunque no murió, porque la inmortalidad le había sido concedida por ser el único animal que no comió la fruta prohibida.
Y colorín , colorado...
esta fábula no ha terminado
Queda la moraleja
Que es como la fábula, vieja.
El Ave Fénix es un ejemplo a seguir por la humanidad, porque todos sufrimos duras experiencias que nos encierran en nuestro nido, hasta que procuramos salir de él, con más bríos, con más fuerza para encarar la vida, es una especie de resurrección de nuestras propias cenizas.
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