sino del Ajoblanco con pasas de la Axarquia Malagueña, que me encanta , pero nunca me lo había tomado antes de irme a dormir,
por eso creo que fué el culpable de que durante el sueño me invitaran a presentar un libro y a su autor ¡¡¡la noche que pasé!!!
No me preguntéis cómo se llamaba el libro, ni de qué se trataba, tampoco conocía al autor, sólo sé las prisas que me tuve que dar en leer lass cuatrocientas páginas que había escrito, tomar notas, a la vez que investigar sobre él, su estilo y su trayectoria, menos mal que era un treintañero amable, con humor y que me ayudó lo que pudo.
Uno de los peores ratos de la noche, lo pasé al entrar en el Salón de Actos y verlo repleto de personas, muchas dr ellas esenciales en mi vida, como mis hijas y mis nietos que estaban en la última fila, ¡menos mal!, también estábais muchos de vosotros al lado de ellos.
En la primera fila recuerdo a "las mellis", dos amigas mías que son tan "guasonas" como yo, poniéndome caras y haciéndome reír.
¡Qué mal lo pasé!, sobretodo porque el público no guardaba la distancia social y no había nadie que llevara mascarilla.
¡Lo que a mí me entró por el cuerpo, creía que me caía al suelo!
En ese momento me desperté. Eran las 5,30 de esta mañana.Respiré profundamente, me serené, me reí de la locura que había soñado e intenté cerrar los ojos y ver si podía enterarme en qué quedaba la cosa, pero me fué imposible.
Y vosotros durmiendo tan panchos, mientras desdoblados, asistíais al momento más bochornoso de mi vida.
No llaméis al loquero, yo sola me he interpretado el sueño, para quitaros trabajo: Lo del libro creo que tiene que ver con la revulsión que ha supuesto para mí empezar a leer de nuevo.
Lo de situar al final a mi gente, entre los que estábais, sería por resguardaros del bochorno que os iba a dar al asistir a un ridículo tan espantoso, además de poner de manifiesto lo importantes que sois para mí.
Las "mellis" en primera fila, pues que el humor no me puede faltar ni en ese momento tan crítico..
Pero por encima de todo, lo que me hizo despertarme fué la puñetera pandemia y el deber que tengo con la sociedad que no me abandona ni durmiendo.
Y ahora pensaréis... esta Tracy está como una puta cabra...
¡Pues sí, con perdón para las cabras!