Esta semana nos conduce Inma que nos ha dado una serie de fotos en blanco y negro para que elijamos una y escribamos sobre ella, para leer lo que se nos ocurre poner, pichad aquí
Ajenos a la miseria que se respiraba a su alrededor, los dos chiquillos retozaban bajo los chorros de agua que les echaba con la manguera uno de los encargados de la limpieza de los aledaños del mercado central, consciente de los cuarenta y cinco grados a la sombra, que se respiraban a las tres de la tarde y que se hacían aún más insoportables con los vapores que salían del suelo tras el riego.
Los niños tenían bien cogida la hora y cuando veían que el mercado se preparaba para cerrar sus puertas, se escapaban de la casa despojándose de la camisa raída y de los pantaloncillos remendados que eran su única vestimenta y tenían que preservarla seca para que la madre no se diera cuenta de dónde habían estado, aunque sospechaban que sus ojos escrutadores lo adivinarían y harían como que no se habían dado cuenta para no privar a los hijos de esa ducha refrescante que no era posible dar en casa.
Los chavales comenzaban a provocar al manguero, a los gritos acompasados y repetidos de... "La manga riega y aquí no llega..."
para que no dejara de echarles agua, mientras en el rostro del manguero se dibujaba una media sonrisa recordando cómo él había hecho lo mismo cuando era chiquillo y cómo desde que se hizo adulto no había podido disfrutar del agua corriendo por su cuerpo en las tardes veraniegas.
Los niños tenían bien cogida la hora y cuando veían que el mercado se preparaba para cerrar sus puertas, se escapaban de la casa despojándose de la camisa raída y de los pantaloncillos remendados que eran su única vestimenta y tenían que preservarla seca para que la madre no se diera cuenta de dónde habían estado, aunque sospechaban que sus ojos escrutadores lo adivinarían y harían como que no se habían dado cuenta para no privar a los hijos de esa ducha refrescante que no era posible dar en casa.
Los chavales comenzaban a provocar al manguero, a los gritos acompasados y repetidos de... "La manga riega y aquí no llega..."
para que no dejara de echarles agua, mientras en el rostro del manguero se dibujaba una media sonrisa recordando cómo él había hecho lo mismo cuando era chiquillo y cómo desde que se hizo adulto no había podido disfrutar del agua corriendo por su cuerpo en las tardes veraniegas.
Era un momento mágico en el que todos los que por allí estaban, disfrutaban del jolgorio mientras las personas mayores recitaban:
"Acertijo, acertijo
tiene agua y no es botijo.
Va sin gorro
y con pitorro
tiene goma
y no es pelota,
por billón cuento las gotas"
"Acertijo, acertijo
tiene agua y no es botijo.
Va sin gorro
y con pitorro
tiene goma
y no es pelota,
por billón cuento las gotas"
¿Qué es?