MYRIAM con sus cuidadísimas entradas, llenas de documentación, nos propone para este jueves que hagamos un relato que tenga como protagonista al elefante. Para conducirnos nos da una serie de conocimientos, casi una tesis doctoral, para que tengamos de donde tirar en nuestros relatos.
Se hará lo que se pueda, incluso contando con tu supermagahiperguay presentación.
Todo lo que escribamos lo podéis leer en su blog.
La magia de mi elefante
Siempre que pasaba por esa tienda de lámparas me quedaba absorta mirándolo, no me preguntéis qué pensaba. Por aquel entonces, estaba recién casada, a mi casa no le hacían falta más lámparas, la causa de que tanto me atrajera no era decorativa, ni de necesidad, pero una y otra vez, me quedaba pinchada en el escaparate contemplándolo y el corazón se me aceleraba segundos antes de llegar a la tienda por pensar, si acaso lo habrían vendido.
Y llegó el día que lo vendieron, pero fue mi marido quien lo compró.
La sorpresa fue mayúscula.
Enseguida le busqué sitio.
Fue entonces cuando empecé a leer sobre elefantes y sobre la magia que ellos ejercían con independencia de que su trompa estuviese hacia arriba, prosperidad y abundancia, o hacia abajo, larga vida, fertilidad y estabilidad. También me enteré que el feng shui señalaba la entrada de la casa como el lugar mejor para colocarlo, cara a la entrada para captar las buenas energías.
Era justo donde lo había colocado, sin tener conocimiento de ello.
Creo que el propio elefante buscó su sitio y me hizo llegar su petición de alguna manera:
En la entrada y de cara a la puerta de la calle.
En mis lecturas me enteré de que es un animal fiel, elocuente (ya te digo y sin hablar) y poderoso.
El material del que está hecho también tiene su significado: Dorado, significa riqueza; plateado: salud; color marfil: unión familiar....
Nada de esto sabía yo. Pero os digo que si yo hubiera ido buscando un elefante lo hubiera escogido igual que aquel que me llamaba desde el escaparate y ahora tenía en mi casa.
El tiempo fue pasando y "El fate" como le decía Huguillo, seguía con nosotros. También Polete lo conoció, a los dos les gustaba tocarle los colmillos y jugar a su alrededor, hasta que un día Fate , me imagino que cansado de tanto toqueteo, se marchó al cementerio de los elefantes y nos encontramos su plataforma sin él.
Hoy día permanece entre nosotros convertida, a modo de mausoleo,
en la terraza.
Quiero pensar que su espíritu sigue preservándonos de las malas energías que puedan llegar desde fuera.