Hoy ha sido sorprendente la manera de juevear que nos han propuesto: Lois y Clark nos daban una serie de temas entre los que había que elegir uno, mandárselo por correo y ellos elegirían destinatario al azar.
A mí el tema que me ha tocado es:
Seguir el texto (a tu aire) de la página 245 del libro "Nuestro juego" de John leCarré que dice así:
"Me adelanté a ellos. Con la ayuda de la luz de la luna, quité el cerrojo a la puerta sur y a continuación, sin pérdida de tiempo, me dirigí hacia el púlpito, que es románico y está exquisitamente tallado".
Los resultados prometen, si queréis leerlos pinchad aquí
DESENVOLVED REGALOS ANÓNIMOS
"Me adelanté a ellos. Con la ayuda de la luz de la luna, quité el cerrojo a la puerta sur y a continuación, sin pérdida de tiempo, me dirigí hacia el púlpito, que es románico y está exquisitamente tallado".
Subí sus escaleras casi a tientas y me sitúe adquiriendo el engolamiento habitual que había visto tantas veces en el párroco del pueblo durante el sermón de los domingos, aquellos domingos en los que yo asistía junto a ella a misa de doce y en la que sólo estábamos pendientes de rozarnos los codos o dirigirnos miradas furtivas de deseo cuando creíamos que Don José no nos veía Ahora comprendo que desde esa atalaya, tan bien ubicada, era imposible que se escapara algún detalle a su mirada continua y circular, con razón sabía cómo tirarnos de la lengua en el confesionario cuando ella o yo nos acercábamos por allí sin ningún propósito de la enmienda.
¡Parece que fue ayer!
¡Valiente zorra! toda la vida conmigo y ahora se casa con el hijo del farmaceútico que ha llegado con su flamante título a quedarse con la farmacia de su padre.
¡Hija de perra!, se va a enterar, cuando entre por el pasillo central hacia el altar, es el momento. La venganza se sirve en plato frío y el mío está helado, llevo maquinándola un año, el mismo tiempo que supe de su boda con el nuevo boticario, he aguantado reuniéndome con amigos comunes, incluso planeé una broma cariñosa para hacerles mañana durante la ceremonia, que me posibilitara venir con la pandilla a estas horas sin levantar sospechas.
Y ahora estoy aquí viendo por cual de las tallas del púlpito podré sacar mañana el cañón de la pistola de mi padre y acabar con esta pesadilla.
PD: Ya sé quien me mandó mi regalo gracias a Lois y Clark
En tu buen relato de suspense, falta alguien muy importante y que debías de haber metido aunque hubiera sido con calzador, es el agente George Smiley, personaje fundamental en las novelas de Le Carre, a no ser que sea el hijo del boticario camuflado, podemos considerar que sí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que estaba escondido en el confesionario, jejejejejeje
EliminarJoder, que peligro....
ResponderEliminarBesos.
En mi vida me las he visto más gordas.
EliminarBesos
Muy bueno!!
ResponderEliminarbesos
Me alegro que te haya gustado, por eso nada más mereció el esfuerzo.
Eliminar¿Quién dijo rencor?
ResponderEliminarRencor pero del bueno, jajajajaja
EliminarBuenos días, Tracy:
ResponderEliminarMentiría si no te escribiera que me he quedado con las ganas de leer un párrafo más en el que saber cómo continuaría esta bosa de sangre.
Me parece soberbia la manera tan ágil en la que el relato pega un giro del costumbrismo afable de los amoríos adolescentes al rencor del desamor adulto.
Enhorabuena, Tracy.
Pues me apetecía acabar de otra manera, pero era dar otro giro al relato y tendría que haberme alargado más, así es que ahí se quedó hermano.
EliminarBuenísimo tu relato, me ha gustado mucho. Haces recordar esos tiempos que no están tan atrás aún y su final es sorprendente.
ResponderEliminarMuchos besos
¡Y tan sorprendente!, me he sorprendido hasta yo....
EliminarUps...qué miedito...
ResponderEliminarBien Tracy,pero menos mal que no estoy invitada a esa boda...
Besos
No te preocupes que la sangre no llegará al río.
EliminarMe dan escalofríos. Lo las resuelto muy bien.
ResponderEliminarNo sé si bien o mal pero rápido y sin sangre (de momento)
EliminarYo le aconsejaría una buena bomba...fétida...jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
¿Quieres creer que lo pensé? de verdad porque ya sabes que me gusta acabar con una nota de humor mis relatos, pero esta vez, cambié a última hora para no alargarlo.
EliminarAún estoy haciendo cábalas con las reglas que enlazas.
ResponderEliminar:)))
Haz todas las cábalas que quieras, pero el boticario se va a quedar soltero de momento.
EliminarPues aplausos para vos. Saliste tan airosa de la propuesta, que tengo ganas de leer tu libro. O no lo continuarás?
ResponderEliminarbesos, Tracy
Si escribiera un libro te aseguro que no sería tendría tiros de por medio, jajajajaja
EliminarEstos sustos antes de las comidas ¿son buenos?....
ResponderEliminarBesos.
Son peores después de las comidas porque pueden cortar la digestión.
EliminarBesos para el susto.
Muy buena estrategia para llevar adelante el desafío juevero que te ha tocado en suerte. Con semejante inicio no sé para qué lado hubiera encarado yo jejeje
ResponderEliminarUn abrazo
Pues eso me pasó a mí y no sé cómo me decanté por este tipo de trama que para nada es la que me gusta, pero fíjate tú...
EliminarHeavy metal,Tracy..jevimetal..
ResponderEliminarMagnífico. ¿Por qué no sigues contando la historia? Igual pasa algo y el hijo del boticario se va contigo.
ResponderEliminarGracias. Ya tengo un boticario en la familia: mi hermano.
EliminarHeavy, havy, heavy.... ¡tela!
ResponderEliminarEntretejiste estupendamente la propuesta y sentimientos quelos seres de baja vibracion tienen
ResponderEliminarLos celos y laenvidia son nefastos,pobre,
Cariños
Era un texto difícil de resolver.
EliminarBesos
Buf!!! ¡vaya tela, Tracy!!!
ResponderEliminarEl final lo resolvió bien...
¡Un beso!
Jajajajaja, me ha hecho gracia tu comentario.
EliminarBesos
Te felicito por la combinación de elementos.
ResponderEliminarUn abrazo.
No te conozco, por eso si cabe te agradezco más tu comentario.
EliminarVe cuando quieras por aquí, encantada de haberte conocido.
Jajajajaja………un pulpito multiusos……..renovarse o morir…….
ResponderEliminarFeliz finde.
La iglesia está en todo, como ves.
EliminarPues no te creas que a mi se me dan bien estas cosas. Carente estoy de tu habilidad para entretejerlo a mi antojo eso seguro.
ResponderEliminarBesotes.
Eso es lo que tú crees, ponte y verás.
EliminarUy, uy, uy... una venganza meditada y pensada desde hace un año es aún más peligrosa que una en caliente... no hay cabida ahí para el arrepentimiento después pues ya está helada, como bien dice el protagonista... Que buen relato Tracy, que forma tan buena de continuar esas líneas... genial!!
ResponderEliminarBesines...
Me alegro mucho que te haya gustado.
EliminarBesos
Menudo giro le has pegado al relato! Pensé que te habías equivocado y habías pegado otra cosa, hasta que seguí leyendo, claro. Me ha encantado Tracy! Has desenvuelto el "regalito" maravillosamente bien.
ResponderEliminarUn beso
Jajajajaja ¡qué va las locuras las hago yo solita no necesito a nadie más y ese día me dio por lo más negro del ser humano.
EliminarBesitos.
Sí que es vengativa, sí...
ResponderEliminarSalu2, Tracy.
¡VengativO!
EliminarUn final tremendo, y es que los celos son muy malos, y en este caso malísimos.
ResponderEliminarUn abrazo
Tremendísimo!!!!!
EliminarA mí me ha encantado, no era fácil de llevar el texto y te lo has llevado a un terreno que a mí me tira mucho, buenísimo!!
ResponderEliminarBesos!
Pues fíjate que yo ese terreno no lo transito, te diría que ha sido la primera vez que he ido por él.
EliminarBesos
Entiendo que pueda producir frustración pero es injustificada esa venganza, que de paso pone en duda la vocación religiosa del protagonista. Quien podría haberse dedicado a tener una vida en lugar de desperdiciarla para planear durante años, una venganza sin sentido. Que es de desear que fracase.
ResponderEliminarEs solo un relato ¿eh Demi?
EliminarQué excelente relato, con suspenso y un final que deja sensación amarga. Esa espera silenciosa para la venganza, que nunca es buena.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Respuesta airosa, fresca, interesante y con cierto misterio. Todo muy policíaco y algo negro. Como negro lo va a tener el insolente boticario y la zorra de los golpes de pecho.
ResponderEliminarBesos
Este jueves te pusiste matona TRacy, jejeje.
ResponderEliminarUn abrzo.
Tracy, dicen que a grandes males, grandes remedios. Tú has descrito la historia y encontrado el remedio en esa venganza planificada con alevosía. Magnífico relato.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
¡Que arte hija! Que frescura le has dado al romance de la zorra y el boticario y que finalllllllll.
ResponderEliminarUn beso
Magnífico el relato, la manera de meternos en la historia. La verdad es que por ahí arriba leo que no se lo esperaban el final...yo tampoco, pero releído es genial y creo que no podía haber acabado de otra manera con ese maravilloso quiebro que tiene el texto...tienes más historia, amplíala.
ResponderEliminarBesos y abrazos