Nos conduce Moli de Canyer y se le ha ocurrido presentarnos unas esculturas expuestas al aire libre, de la que tenemos que escoger una, sobre la que escribiremos e inventaremos su historia.
Aunque ha sido difícil elegir, me quedé con esta.
Todos los días paseaba por la playa a paso ligero, le servía de terapia para relajarse mientras la brisa marina oxigenaba su mente y dulcificaba el gesto de su cara.
Aquel día había amanecido cubierto de nubes que de vez en cuando pulverizaban su cuerpo con unas diminutas gotas que le eran molestas en su caminar, pensó resguardarse en uno de los bares del paseo marítimo, a pesar de que esos quitavientos de plástico transparente le ponían de mal humor, esperaba que los claros que se iban abriendo en el cielo dieran paso a una mañana más apetecible para su paseo mañanero.
Iba tan abstraída en sus pensamientos que, hasta que no estaba sentada y había pedido un café bien cargado, no se fijó en la escultura de bronce que sentada frente al mar le daba la espalda.
Se quedó absorta en su contemplación, no sólo por la belleza de sus formas, sino por una emoción interior que la paralizó momentáneamente y la transportó por unos instantes a otro mundo, a otro tiempo, a otro lugar...
Cuando le trajeron el café, con voz temblorosa y grandes esfuerzos para que la voz saliera de su garganta, preguntó al camarero cuánto tiempo llevaba allí esa escultura y si conocía el nombre de su autor, interrogantes que sólo tuvieron por respuesta un: "señora he empezado a trabajar aquí esta misma mañana, siento no poderle contestar"
Aquel día había amanecido cubierto de nubes que de vez en cuando pulverizaban su cuerpo con unas diminutas gotas que le eran molestas en su caminar, pensó resguardarse en uno de los bares del paseo marítimo, a pesar de que esos quitavientos de plástico transparente le ponían de mal humor, esperaba que los claros que se iban abriendo en el cielo dieran paso a una mañana más apetecible para su paseo mañanero.
Iba tan abstraída en sus pensamientos que, hasta que no estaba sentada y había pedido un café bien cargado, no se fijó en la escultura de bronce que sentada frente al mar le daba la espalda.
Se quedó absorta en su contemplación, no sólo por la belleza de sus formas, sino por una emoción interior que la paralizó momentáneamente y la transportó por unos instantes a otro mundo, a otro tiempo, a otro lugar...
Cuando le trajeron el café, con voz temblorosa y grandes esfuerzos para que la voz saliera de su garganta, preguntó al camarero cuánto tiempo llevaba allí esa escultura y si conocía el nombre de su autor, interrogantes que sólo tuvieron por respuesta un: "señora he empezado a trabajar aquí esta misma mañana, siento no poderle contestar"
Ella le dio las gracias esbozando una leve sonrisa y se dirigió hacia la parte frontal de la escultura... ¡pero si tenía su misma cara! y aún eran más parecidas por el peinado que en ambas era idéntico.
Acarició el rostro de la estatua y sintió la necesidad de posar a su lado, preparó el móvil, se colocó tras ella, incluso se apoyó en su hombro para que las caras quedaran una al lado de la otra...
¡¡¡Clik!!!
Acarició el rostro de la estatua y sintió la necesidad de posar a su lado, preparó el móvil, se colocó tras ella, incluso se apoyó en su hombro para que las caras quedaran una al lado de la otra...
¡¡¡Clik!!!
En la foto sólo había salido la escultura y en un segundo plano el nombre de la cafetería: NAUSICA.
Entonces está esperando a Telémaco!
ResponderEliminarBuen guiño final...
Besos.
;)
EliminarUna historia magnífica Tracy.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besos.
Gracias Toro.
EliminarBesos
Qué bueno hayamos coincidido. Me encantó tu inspiración!
ResponderEliminarUn besazo!
Me parece que ha sido le escultura que ha sido la mas elegida de todas, ¡y que cosas más distintas han salido!
EliminarOh, qué emocionante final. Bravo. Me encantó, el café estaba buenísimo :)
ResponderEliminarMe alegra que el final lo hayas puesto a la altura del café. Gracias.
EliminarUn historia que empieza en el mundo moderno y termina en el mundo mitológico, y el nexo es la dama que no sale en la foto. Has conducido la historia de modo genial y al "bautizar" el nombre de la cafetería le has dado un vuelco a la historia. Un abrazo
ResponderEliminarEres muy buena haciendo sinopsis. Si alguna vez publico, recurriré a ti para que me ayudes en la edición.
EliminarMuy lindo relato. Encantador. Besos.
ResponderEliminarQué bien que te haya gustado!
EliminarPrecioso relato. Un sorprendente final. Me encantó.
ResponderEliminarBesitos.
Sí el final me ha sorprendido hasta a mí, jajajajajaja
EliminarUn relato con sorpresa o tal vez un selfie hecho por la propia estatua: milagro insondable y relato misterioso.
ResponderEliminarBesos.
... que cada uno de vosotros lo habéis enriquecido con vuestras interpretaciones. Gracias.
EliminarUn beso.
Precioso y enigmático relato, Tracy. Cuantas coas, cuantas sensaciones en un solo clic.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga ... me ha encantado.
Lo celebro, de verdad.
EliminarMuchas gracias.
Con tu permiso me lo llevo para quye puedan leerlo mis amigos del Ateneo: https://etarragof.wordpress.com/2016/04/28/tracycorrecaminos-jueveando-con-una-escultura-al-aire-libre/
ResponderEliminar¡Eso... eso...! hazme famosa, si lo consigues te llevo de "manallé"
EliminarWow, me dejas asombrada! Me encanta tu historia!
ResponderEliminarBesos y enhorabuena.
Muchas gracias Celia.
EliminarBesos.
Un hermoso fundido para tu sorprendente final.
ResponderEliminarBss, linda!!
Me gusta tu comentario además de agradecértelo.
EliminarUna escultura muy atractiva y con un encanto único!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Está en Sitges ¿sabes?
EliminarGran misterio en ese final, Tal vez se transformó en la escultura.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Ah...! la explicación es vuestra.
EliminarQué bien, qué bonito, Tracy.
ResponderEliminarEmoción.
Un beso y fuerte :), como todos los días :)
Emoción contar contigo siempre.
EliminarBesos
Bonito
ResponderEliminarBesos
Gracias, amigo.
EliminarQué bonito, Tracy! Un relato que sin duda podría inspirar para hacer una película… Me encantó!
ResponderEliminarBsoss mil, amiga!!! ;-)
No me digas...
EliminarMe pondré a buscar productores que le interese producírmela.
Muchos besos.
Buenas tardes, Tracy:
ResponderEliminarMás allá de las identidades de unos rostros idénticos, lo que os iguala son vuestras sensibilidades únicas para encontrar bellas historias en playas homéricas o en valles del viento.
Un abrazo, Tracy.
¡Qué bonito lo que has escrito...!
EliminarGracias.
Un abrazo.
Preciosa y sentida historia que denota tu amor al mar, tu sensibilidad y tu categoría literaria. Ese desenlace final e inesperado es magistral.
ResponderEliminarComentario a tu comentario: estuve dudando en titular mi entrada entre Piola (como yo la llamaba mientras jugaba) y Pídola, el nombre que da el diccionario de RAE.
Me decidí por la segunda por los posibles lectores foráneos.
Un beso.
Gracias por tu comentario, se nota que me aprecias.
EliminarEn cuanto a lo de Piola, no sólo era en mi pueblo que se le llamaba así ¿no?
Besos
Que buena historia que imaginaste, con un final intrigante.
ResponderEliminarSaludos.
Viniendo de ti, es todo un piropo. Gracias.
EliminarMuy buen relato, gracioso lo de la foto, si quería comprobar su parecido sólo tenía que volverla a mirar.
ResponderEliminarEstoy de vuelta, por cuanto tiempo no lo sé.
Gracias por tu visita, comentario y guardarme en tu recuerdo durante mi ausencia.
Un abrazo.
Ambar
¡Cuanto tiempoooooooooo!
EliminarNo me olvido ¿como me puedo olvidar, amiga?
Un amor que trasciende los tiempos?..Una espera que jamás se interrumpe?..como quiera que se vea, el amor nunca se perdió ...una belleza de relato..Besos
ResponderEliminarTú lo has dicho: una espera que jamás se interrumpe. El relato puede continuar.
EliminarBesos.
El mar es un bello espectáculo. ¡No me extraña que la chica se quede hipnotizada!
ResponderEliminarEl mar... mi mar...
EliminarUn detalle que hoy se tome café y no té...jajajaja
ResponderEliminarMe ha gustado tu historia...
Besos y salud
Muy agudo tú, jajajaja
EliminarEl jodío, en lo que se ha fijado, jajajajaja.
Muy bueno lo tuyo.
Impactante final! Me ha inquietado leer esta historia, tan bien narrada que no da respiro hasta llegar al final. Muy bueno, Tracy. Te felicito.
ResponderEliminarUn beso.
Siempre pensé que algo vivo hay en ellas, algo que trasciende lo material y queda latente, esperando que alguien lo sepa descubrir.
ResponderEliminarUn abrazo
He gozado con tu relato y me ha sorprendido el final. Y le has dado ese toque mitológico que me ha hecho volver a mirar a la muchacha mirando al mar por donde se perdía el navío de aquel héroe.
ResponderEliminarUn beso.
Que final mas sorprendente, me he quedado descolocada, ella era la esculura o la escultura era ella? Muy bueno, besos.
ResponderEliminarMe encantó ese final que sorprende... y que deja abierto a más de una interpretación.
ResponderEliminarUn besote.
Enigmática historia Tracy. Es como si el alma de tu protagonista viviera suspendida en el tiempo esperando un retorno que nunca va a producirse.
ResponderEliminarUn abrazo.
Interesante, un buen cierre.
ResponderEliminarInesperado. Muy bueno.
Saludos Tracy.