Esta semana, los relatos girarán en torno a seis verbos que se pueden usar en cualquiera de sus tiempos y sus formas y además un nombre propio:
1.-Esperar
2.-Levantar
3.-Andar
4.-Comer
5.-Dormir
6.-Soñar
7.-Alzhéimer
La idea se le ha ocurrido a Alfredo que es quien nos conduce esta semana.
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Estaba entregada en cuerpo y alma a su madre.
Desde tempranas horas de la mañana, cuando se percataba de que se había despertado, corría a LEVANTARLA, lavarla, peinarla y vestirla, sabía lo presumida que era y eso la hacía elegir cuidadosamente lo que más le favorecía, aunque no siempre acertaba, su madre sentada ante el espejo del dormitorio, se sonreía al mirarse pero no decía nada.
Después le preparaba el desayuno, a veces se equivocaba y sustituía el azúcar por sal, también a la hora de COMER ocurrían cambios notables como intentar freír con vinagre en lugar de con aceite... Su madre jamás decía nada, retiraba el plato con la mano pero si se daba cuenta que esto podía ser causa de disgusto para su hija, con lágrimas en los ojos, seguía comiendo hasta terminar todo lo que le había servido.
Uno de los momentos más gratos del día era el ANDAR por las calles del barrio, cogida del brazo de su madre, hablándole a borbotones, el tiempo corría en su contra, no quería que se le quedara nada por decir, en este afán a veces se le olvidaban palabras y quedaban frases inconexas, pero ella seguía y seguía hablando como si el ALZHÉIMER no se hubiera instalado en el centro de sus vidas.
Volvía del paseo exhausta pero contenta con la satisfacción del deber cumplido y deseando acabar con las rutinas que traía consigo la tarde-noche para que llegara la hora del descanso, la hora de SOÑAR despierta con que todo volviera a ser como antes.
A veces se desesperaba porque era una maldita enfermedad que no tenía marcha atrás, sin embargo podría llevarla sobre sus hombros y darse por satisfecha, mientras pudiera ver destellos de vida en los ojos de su madre, que ahora parecía dormida, también para ella era la hora del descanso y de ESPERAR a que alguien se diera cuenta que la verdaderamente enferma, era su hija.
Comenzaba a no tener fuerzas para seguir fingiendo, sólo para que su hija mantuviera una lucidez que poco a poco iba perdiendo.
Aunque esté ahí, esperando a la vuelta de la esquina, no es bonito el nombre propio.
ResponderEliminarSaludos
Ni bonito, ni fácil de escribir y mucho menos de los hechos que provoca.
EliminarHas cumplido con la iniciativa perfectamente, un relato con todas las palabras dadas y con sentido. Una madre maravillosa de la que al final nos descubres su verdad. Un abrazo
ResponderEliminarUna verdad muy triste, hasta yo al escribirlo, sentí que se me encogía el corazón.
EliminarBesos
Al final las dos perderán la cabeza.
ResponderEliminarQue duro.
Besos.
Me resultó duro incluso para mí que me lo inventé...
EliminarPues ya se me pasaba esta semana, con tanta fiesta, ni me acordaba del relato juevero, menos mal, gracias a ti.
ResponderEliminarUn besazo.
Mira por lo menos ha servido para algo, jejejejeje
EliminarEs una enfermedad tan cruel.
ResponderEliminarDevastador verla en una hija...
Besos.
La verdad es que hasta yo misma me he sorprendido.
EliminarBesos
Ay, qué pena , Tracy. He visto esa enfermedad en un tío mío, es terrible.
ResponderEliminarUn texto muy tierno y doloroso.
Besos.
Siento haberte hecho pasar un mal rato, trayendo a tu mente unos malos recuerdos.
EliminarBesos.
¡Ay! Qué enfermedad tan triste. Olvidar es como ir resumiendo la vida a nada.
ResponderEliminarBesos, Tracy.
Es una de las enfermedades que le quitan la racionalidad al ser humano.
EliminarTremendo. Perder la lucidez cuando se es mayor, es entendible, incluso puede parecer lógico.
ResponderEliminarPero debe ser horrible el dolor de una madre que observa el deterioro mental de un hijo suyo.
Descorazonadora y brillante entrada. No dejas de sorprenderme positivamente.
Besos.
Esta enfermedad no se entiende nunca o al menos yo no lo entiendo se tenga la edad que se tenga.
EliminarGracias por tus comentarios que siempreme sirven como acicate paara seguir escribiendo.
Besos.
Que buen giro como remate de tu historia
ResponderEliminarPshhh
Tú tb me sorprendes...y siempre gratamente!!
tuche..(con acento en la e...el tf no quiere saber de tildes)
😇
Jajajajaja
EliminarEs horrenda esa enfermedad, mi madre no tiene ALZHÉIMER, pero sí una demencia senil muy grave... y todo lo ha olvidado, hasta que tiene hijos, y no es ALZÉIMER...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amiga Trazy
¿En qué se diferencia? siempre he creído que es la misma porque los síntomas son los mismos ¿no?
EliminarBonito relato.
ResponderEliminarBesos
No sé si es bonito o no, pero duro es un rato largo.
EliminarUffff que triste!...qué final de la historia poco esperado.
ResponderEliminarBesos Tracy
Ni yo me lo esperaba, te lo digo en serio.
EliminarBesos.
Sí, es triste la enfermedad y necesitan mucho cariño, mucho amor ...
ResponderEliminarUn final sorprendente.
También existen momentos maravillosos ... recuerdo unos cuantos ...
Un beso muy fuerte.
No digo que no tenga momentos buenos, pero el más pequeño de los malos, creo yo que supera con creces a los buenos.
EliminarUn beso fuerte.
Pienso que esta enfermedad es otro azote a la humanidad, como lo fueron la peste, la tuberculosis y mas cercana en el tiempo, el cancer. Un abrazo, Tracy.
ResponderEliminarPero azote!!!
EliminarUn besito.
Me entran escalofríos... :(
ResponderEliminarBesos y salud
A mí también.
EliminarCreo que no voy a escribir más sobre este tema.
Que bonito xd , y triste pero por desgracia cuantos casos así abra , me ha encantado lo bien que lo has ido describiendo para sorprender en el final ..Un abrazo
ResponderEliminar... y duro y muy real.
EliminarUn beso, Campirela.
Ha sido doloroso, y muy bueno, sin duda un giro final inesperado que hace ver todo el relato de otro modo.
ResponderEliminarEstupendo
Me alegra que te haya interesado la forma de construirlo.
EliminarBesos
Una historia dura, pero muy bien contada :)
ResponderEliminarUn beso
Dura... dura... y por desgracia demasiado real y demasiado frecuente..
EliminarTriste...muy triste.
ResponderEliminarBesos Tracy.
Triste no, lo siguiente.
EliminarDoloroso texto, y jodida muy jodida debe ser esa enfermedad. Que pena para la gente que lo padece y su familia.
ResponderEliminarBesos.
Has dado en el clavo: la familia, debe ser horroroso.
EliminarBesos
Le has dado una pincelada sorprendente, dolorosa enfermedad que te reduce a la nada ante la impotencia de los que te aman, besos.
ResponderEliminarEs una enfermedad que por muchas pinceladas que le des, cada vez resaltas más su tristeza y desesperación.
EliminarBesos
Buenísimo el giro que has dado al relato. Muy bien narrado. Y sé por experiencia lo que es vivir junto a un enfermo de Alzheimer, o con muchos como era mi caso. Qué enfermedad tan cruel.
ResponderEliminarUn beso.
Me alegro que e haya gustado.
ResponderEliminar¿Rodeada de muchos enfermos de Alzhéimer? ¡Qué fortaleza y qué mérito! no puedo por menos que darte toda mi admiración.
Me has tenido en la intriga durante el relato y sí, al final era lo que parecía.
ResponderEliminarQue figura impresionante esa madre.
Besos.
¡Chico listo!
EliminarUna verdadera lástima. Esta enfermedad acabk con todo bicho viviente, y te va minando, pregúntándote: ¿ Què he hecho yo para merecer esto? pero la respuesta sigue estando en viento.
ResponderEliminarUn abrazo
Es horrorosa, no quiero pensar en ella.
EliminarLo bordaste.
ResponderEliminarMuy bueno.
Bss.
Gracias prima del alma.
EliminarDuro como cualquier realidad relacionada con esta enfermedad. Un relato emotivo. Gracias por participar. Besos
ResponderEliminarTriste y horrible enfermedad.
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