Todavía coleando el día de los enamorados nos dirige Max Estrella, que propone escribir alrededor de esta canción de Serge Gainsbourg, promete ser interesante la lectura aquí
Era fan de la música extranjera, como se decía e aquella época, y cuando en los setenta empezó a sonar en España "Je t'aime... moi non plus", entremezclada con otras canciones menos comprometidas en los famosos LP recopilatorios,
enseguida quiso hacerse con su single para ponerla una y otra vez en esas noches que volvía borracho de deseo tras los guateques de moral mojigata que se hacían en casas de amigos para que constituyeran un freno más a las libertades, aunque sólo fuera por respeto a la familia que vivía en la casa, lo que aumentaba las restricciones de las chicas al más ínfimo gesto amoroso a menos que no hubiera de antemano promesa casi firme de pasar por el altar.
En estas noches, llegaba a casa, se atrincheraba en su habitación, colocaba el disco en el picú y se trasladaba al mundo sensual que Jane Birkin lo transportaba desde el mismo instante que empezaba la canción con el "Je t'aime..."
La juventud y las ganas contenidas, no le permitían llegar a los gemidos de placer que, según los entendidos, eran reales y emitidos por la masturbación de BB mientras se grababa el disco en el estudio.
Noche tras noche se repetía la escena, quería eyacular a la vez que BB lo hacía, pero siempre se adelantaba, nunca llegaba a tiempo.
Él lo achacaba a la falta de práctica en pareja, pero qué podía hacer, lo único que se le ocurría era irse al extranjero, a Francia por ejemplo, allí las mujeres no tenían esa moral rancia y pacata que se tenía por aquí.
Esta idea empezó a rondar por su cabeza y decidió cambiar su vida de estudiante por la de vendimiador en el país vecino, allí las chicas eran más liberales y a él lo que le importaba era encontrar a una que gimiera como BB o que dijera "T'aime" con la sensualidad de Jane Birkin.
Y para la vendimia francesa se fue con su single en la maleta.
Lo que él no sabía es que las chicas que iban a la vendimia francesa, eran españolas y además después de un día sin parar de recoger uvas los únicos gemidos que le salían de dentro eran los del cansancio, igual que le sucedía a él.
Excelente post. Describes muy bien la moral y costumbres de un tiempo. Esa mojigata España, al final era la que emigraba en las vendimias, en trenes enteros, ala sur de Francia para la vendimia. Me ha encantado esa descripción de los esfuerzos por llegar al climax al mismo tiempo que ella.
ResponderEliminarUn abrazo y por un jueves cargado de miradas al pasado y uvas del presente
Pues sí, parece como si estuviéramos hablando de siglos ha, menos mal que la cosa ha cambiado.
EliminarMe has quitado 50 años de encima con esta canción. Te lo agradezco.
ResponderEliminar¡"Xagerao!"
EliminarPrecioso video, y qué pipiolos se les ve a los dos. Todavía le queda un largo camino a Serge hasta llegar a la entrevista que le hizo Michel Drucker en la tv, cuando dijo a Withney Houston, completamente borracho, en su mal inglés: "I want to fuck you"
ResponderEliminarUn personaje digno de tener su vida en película, lo mismo la tiene y yo no me he enterado.
EliminarY a pesar de los años pasados y de la libertad actual la canción himno de una época sigue causando estragos en la opinión pública Un abrazo
ResponderEliminarEso quiere decir que tenemos que cambiar más, que no hemos cambiado o suficiente.
EliminarQue entrada mas chula nos has dejado , pues perfectamente podría ser real , en aquellos años la moral aquí estaba casi todo censurado y como no podía ser de otro modo las canciones tan bien . Cuando empecé a escucharla por primera vez la tacharon como la canción prohibida ....
ResponderEliminarBueno pobre muchacho él que pensaba que yendo a vendimiar iba a sentir esos gemidos en directo ..
Un abrazo y feliz día.
¡Y tan real! en los años obscuros que se vivían, podía ocurrir de todo y más en lo que al sexo se refiere.
Eliminar¿Jane Birkin no era vendimiadora ni todo el monte orégano?
ResponderEliminarEs que viajar enseña mucho.
Ya te digo si enseña, aunque viajes al cortijo de al lado.
EliminarQue conserve el disco bajo el colchón, que como se entere VOX, se lo requisan-
ResponderEliminarA ver si esta vez el la definitiva: TELENDO.- según el Diccionario RAE: Vivo, airoso, vigoroso. En mi tierra "no estar telendo, es estar pachucho, sin ganas, a punto de enfermar.
Por mor de algún viaje debiste de saltarte mi entrada de fecha 11 de diciembre de 2.018, "Elucubraciones de un escritor cansado".
Pues bien, últimamente lo estoy pasando mal por culpa de una artrosis de cadera que me trae a maltraer, sobre todo las noches.
Espero que no me borren.
Besos.
Te acabo de poner en esa entrada fatídica, no estabas en tu mejor momento, pero ya pasó y ahora ¿cómo estás?, cuando llegue el verano todo se mejorará ya sabes que este tiempo para los huesos es fatal.
Eliminar¡¡¡¡¡¡Cuídate!!!!!
Espero que te pongas TELENDO, pero con el significado de la RAE, por cierto nunca había leído esa palabra así es que gracias ¿Cómo te van a borrar con las cosas que nos enseñas? se borran cuando ya no pintas ná y tú pintas mucho y muy bien, no hay más que ver tu blog.
Un fuerte abrazo, Juan.
Lo escrito no da para contestar de inmediato.
ResponderEliminarHay ciertas cosas de fondo que las intuyo, pero que no he podido captar.
Vuelvo a releer.
Un abrazo
Lo siento, eso es que no he expresado ben lo que quería decir, la semana que viene lo haré mejor, te lo prometo.
EliminarSin lugar a dudas es una hermosa canción, de las más sensuales y eróticas que conozco. Llegar al mismo tiempo al clímax, es lo más...Bello relato Tracy, la censura voló, menos mal.
ResponderEliminarUn beso
Es la canción erótica por excelencia, ya te digo...
EliminarBuen relato, Tracy.
ResponderEliminarLos gemidos de la vendimia eran otros...
Abrazos
Jjajajaja y tanto...
EliminarSoñar, a veces no es gratis; a él le costó trabajo y sudor, y, encima, no consiguió lo que tan fervientemente anhelaba…
ResponderEliminarY qué bien lo has contado, mi querida Tracy. Un placer leerte 😊
Abrazos miles, y feliz tarde! 💙
Hasta para soñar hay que saber donde se mete uno, se podría haber ido de camarero a París.
EliminarBonita entrada en la que expresas sin tapujos ni pudor la vida sexual de los jòvones españolitos que acudidan a la vendimia francesa con la esperanza puesta, en que les saldria de debajo de una cepa, la mismisima Jane Birkin, jadeando y suspirando por estar con ellos. Los pobrecitos aún tardarían en conocer una libertat que tiene hoy dia.
ResponderEliminarUn abrazo, Tracy.
Tengo que aprovechar que aquellos tiempos pasaron y hoy se puede hablar de estas cosas sin tapujos, ¿no te parece?
EliminarMe he reído al imaginar a Jane Birkin saliendo de debajo de una cepa, jajajajaja, aún lo pienso y me río.
Un besazo Montse.
Hola Tracy,
ResponderEliminarMuy entretenido relato, con esos pinchazos de humor en la adolescencia del pobre chico, que por ir en busca de esa libertad sexual ansiada. me parte de risa ese final con los unicos gemidos que consiguió. Te quedo Genial!
Abrazo
Sí al final se ríe uno por no llorar de ver qué panorama había en España por aquel entonces. Había que poner un poco de humor a tanta negrura.
EliminarQue frustración la del personaje. Y que empecinamiento de la realidad en diferenciarse de la imaginación del protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué frustración el ver la realidad de España cual era en aquellos tiempos...
EliminarMe encantan tus histórias. Esta me transporta a la frontera de los 60/70 cuando la canción de Gainsbourg armó un gran escaandalo entre la mojigateria hispana de la época. Que tiempos!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Me encanta que te encanten mis historias.
EliminarMuchas gracias y un beso.
Bueno, pudo haberse encontrado con Luis Mariano que se hizo famoso cantando en la vendimia, lo que no se es quien de los dos gemiría...jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
Jajajaja
Eliminar¡qué cosas se te ocurren! pero podrían haberse encontrado, en la escritura de un relato todo es posible.
Me encanta ese tema..
ResponderEliminar:))
Besos!
A mí también.
EliminarHuy, crecí con esa canción, entonces era jovencita. Me encanta y me gusta oírla con frecuencia. Bueno, soñar es hermoso en ese sentido.
ResponderEliminar¡Ofú! He retrocedido por lo menos cuarenta años...
Un besote.
¡Ala! ¡cuarenta años...!
EliminarEspero que no sea así y me llamen la atención por pervertir a menores.
Qué bonito relato... has mezclado sueños y realidad y es que la vida es eso... y cada momento tiene su propia banda sonora.
ResponderEliminarMil besitos para ti, bonita ♥
Sí, esa banda sonora pertenece a mucha gente y no sólo de un momento, sino de una época.
EliminarClaro, a quién se le ocurre, ir a la vendimia, el cansancio no dejaba tiempo para nada más, lo suyo era París, la ciudad del amor.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya sabes que "ha gente pa tó" como dice mi amiga la suiza.
EliminarQue bueno! Y al pobre chico no se le ocurrio nada mejor para apagar sus ardores que irse a vendimiar. Le has dado un giro que no veas. Besos.
ResponderEliminarPensaba en la noche con chicas francesas, pero no contaba con las agujetas y con las chicas que eran españolas.
EliminarDespués de un día de vendimia no sé si hay muchas ganas de amor...
ResponderEliminarMe ha encantado el paralelismo entre los "sueños" de aquí y de allí. Lo que imaginamos que son las cosas. Tu relato esconde mucha filosofía tras unas cuantas letras, merece más lectura y reflexión. Me ha gustado por dónde has llevado el tema.
ResponderEliminarBesos y muchas gracias por participar en la convocatoria
Entre racimo y racimo con ese trabajo de vendimiador en Francia podríamos contratarlo en mi pueblo para la recolecta de las aceitunas para que conociera a unas moras que vienen de Marruecos; mas que todo para que sus deseos se expandieran por el mundo...
ResponderEliminarMe quedo por aqui
ResponderEliminarTracy...eres lo máximo!!Tus ideas son increibles y es que lo menos que esperaba es que al pobre chico se le derrumbaran sus sueños de esa manera..pero es que la realidad es así..una cosa es lo que uno sueña y otra....
ResponderEliminarBesosososooss feliz fin de semana
Cuando la imaginación se impone luego vemos que la realidad huele a otra cosa...o en este caso, suena... y lo que se exuda es sudor pero no del bueno, del de frotación por pasión, que se arquea la espalda y no es de la emoción del momento ni fruto de la pasión, si no de la obligación :-)
ResponderEliminarMuy bien llevado, Tracy.
Un beso enorme.
Nope, nunca pude con esa canción xD
ResponderEliminar¿Sííííí?
EliminarLa próxima vez a coger aceitunas...
ResponderEliminarEl relato está genial!
Jajajaja, por lo menos se hace patria, jajajaja
EliminarGenial, Tracy, sencillamente genial. El problema nunca puede formar parte ds la solución y el mismo y las vendimiadoras, unido a su ignorancia y estrechez mental eran la esencia del problema.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Seguirá solo e intentando acompasarse con BB
ResponderEliminarAbrazos