"CONVERSACIONES BAJO LA SOMBRILLA"

ha sido un clásico en mi blog durante todos los veranos

Este año con las medidas de seguridad  a que obliga la pandemia, nos hemos visto obligados a mantener la distancia social y cada cual habla con los que comparten su sombrilla, afortunadamente.

Es por eso que me veo obligada a mantener conversaciones conmigo misma bajo mi sombrilla.

Inevitablemente es de ellas de las que puedo hablar y como también imagino es inevitable que no os interesen un pimiento, así es que permitidme compartir con vosotrxs la belleza de este mar que no me canso de mirar con su ir y venir trayéndome recuerdos y vivencias que desecho porque lo que me interesa es vivir este momento presente en el que me adentro en mí y me siento feliz. 

Soy consciente de esa felicidad que no es redonda, naturalmente, pero la vivo con tanta consciencia que me basta.

Estoy aquí ¿os parece poco? a mí me parece tanto... el poder gozar de mis pensamientos, de mis emociones... de estar donde quiero estar, como deseo estar, con quien me apetece estar y frente a un mar solitario

tranquilo..., sosegado..., que juega con la luz del Sol...

transparente, hasta deleitarme con su fondo...

Cómo serían de enriquecedoras esas horas en que la playa se vacía de gente para buscar el placer de los chiringuitos y todo queda en silencio, que ni si quiera subí a comer.

 Cuando la playa empezó a recibir a los visitantes de la tarde, empecé a hacer fotos, a leer este libro, interesantísimo por cierto, y a tomarme mi té, que me supo a gloria bendita.

El placer de las pequeñas cosas que cada vez cultivo más.

Para terminar no podía faltar la  música, una canción que cuadra con este momento:

"Emociones"

(aquí va un video, aunque si miráis la entrada por el móvil, no sale. Si alguien sabe el motivo, que me lo diga ¡porfa! )

Espero no haberos aburrido demasiado, no quería dejar esa sección veraniega sin cubrir, aunque sólo fuera  como testimonio del coronavirus que nos invadió y quiso cambiar nuestras rutinas.