¡BIENVENIDO MAYO QUE ESTE AÑO EMPIEZA CON EL DÍA DE LA MADRE!

Estés donde estés, te quiero con todo mi corazón, mamá.

Con tilde en la á. 

Sabes que no hay un día en el que no te piense.

Sobre todo en este abril que tan difícil está siendo para mí, tú lo sabes, lleno de momentos necesarios que había que elegir con la cabeza, dejando a un lado el corazón. 

Os he tenido muy presentes a ti, a papá y a la abuela . ¡Qué difícil es eso del desapego! a pesar de sentir que me decíais:

- ¡Adelante!, no sufras, es lo que tienes que hacer, nosotros no estamos en muebles, ni objetos. Estamos  en el campo, en el aire, en el perfume del  Jazmín, del Azahar y la Dama de Noche...

He revivido mi niñez, he recordado vuestras palabras, vuestras regañinas cuando me empinaba porque no llegaba al Aparador y me echaba el gazpacho encima. La verdad es que he sido rebeldilla ( bueno.... REBELDE) cuando le variaba el dial de la radio a la abuela, para escuchar los Beatles, "¡Otra vez esta niña...!". Miro los aparatos de radio y se me agolpan cientos de recuerdos en la cabeza...  

¿Y la vajilla de La Cartuja con los pajaritos que os servían para que comiera, ¡qué mala era comiendo de chica! pero me enseñasteis a comer demasiado bien, no veas como lo hago ahora jajajaj.

Me he encontrado con vuestras letras tan características: las de papá y la tuya, también la de la abuela pero menos, las reconocería entre mil.

Las espuelas de montar de papá ¿puedes creer  que me ha costado dárselas a las niñas? ¡es el colmo!,

tanta meditación , tanto yoga y no soy capaz de desprenderme de esas pequeñas cosas, que carecen de valor económico, pero para mí tienen un valor  sentimental incalculable.

Estas palabras me están sirviendo de catarsis, a ver si con la vergüenza que siento por abrirme así, me sirve de una puñetera vez para desapegarme de todo, hasta de mí.  Nunca de ti.