Grandes y pequeñas, brillantes e irisadas, transparentes y ligeras van saliendo deseosas de mostrar su efímera belleza sin miedo a su frágil consistencia.
Viéndolas las comparo a esas ráfagas de felicidad que de vez en cuando cruzan nuestras vidas, momentos bellos en los que alcanzas el cielo con la mano, dentro de una burbuja hueca que te aisla del entorno.
Para luego esfumaarse, diluirse en la cotidianidad más anodina.
Os confieso que esta tarde me he sentido feliz como una niña absorta en el milagro pasajero de la ilusión.
Belleza de post, de fotos, de ilusión...la felicidad era eso...
ResponderEliminar...como una niña...que felicidad, verdad?
ResponderEliminarun abrazo, Olga
Que bonitas son las pompas de jabón...y gusta a niños y a mayores. y como se disfruta intentando cogerlas!
ResponderEliminarUn besito!
De pequeña me encantaba hacer pompas de jabón...
ResponderEliminarUn beso grande
me encantan las burbujas enorme de jabón!
ResponderEliminar(bueno, y hacer pequeñitas en la bañera cuando consigo darme un baño con espuma... :D)
qué bonito lo cuentas...
ResponderEliminarEs algo que a todos los niños gusta siempre. Quizá por la ilusión que emanan, por la fugacidad de su existencia, tan bella... y tan breve.
ResponderEliminarbsstes, buena semana!
Cielooooo, muchísimas gracias por tus ánimos!!
ResponderEliminarPrometo hacer un esfuerzo.
Un beso enorme y un millón de gracias