ME VOY A LONDRES

a la boda de Catherina  y Guillermo.

Cuando recibí la invitación me puse tan nerviosa...

Se casarán en Westminster

Me han mandado esta limousine para que no vaya en mi utilitario, aunque no sé cómo atravesaré el Canal de la Mancha, igual este bicharraco tiene alas y vuela.

 Ahora viene  lo más difícil ¿qué me pongo? ¿traje haciendo juego con el color del coche?,

¿o con el color de nuestra  pasada Seman Santa?

¿gasas?, ¿sedas?

Lo que sí tengo decidido es el tocado. ¿Por qué he elegido éste, sin ningún tipo de  concesiones?

Pues porque a falta de tiara de brillantes, llevaré un magnífico cucurucho que va a ser la única forma de no pasar desapercibida entre tanta realeza, ya veréis..., ya..., cómo le quito portadas a los propios novios.

Y como está lloviendo (por lo menos aquí), siempre puedo darle la vuelta al cucurucho para no mojarme.
Decidido: el traje morado a juego con el tocado y con mis ojeras, que delatan lo bien que me lo pasé ayer en la fiesta de Marce.
Pues nada... a desfilar como si fuera en procesión tras los novios, eso sí con la bandera en la mano

¡Feliz jornada junto al televisor!
Cuando os vea, agitaré la bandera.
Os cuento a la vuelta.