QUINTO DESAFÍO: COLOR ROSA

Los que sois asiduos a mi blog, ya sabéis de mi gusto por la poesía, así es que para el color rosa he elegido:

Su autor: José Hierro

a quien conocí personalmente a en la UIMP, un verano haciendo unos cursos en Santander,

allí asistí a una lección magistral que dio sobre su poesía. Me cautivó.

Años más tarde lo volví a saludar aquí, en  "Patios de poesía", y precisamente estuvo leyendo y comentando poemas de este libro, que son un diálogo con la ciudad de los rascacielos.  A través de él, habla, recuerda, se recrea en personajes, hechos, espacios de una a otra orilla como si se tratara de los cantes de ida y vuelta flamencos.

Es una poesía para leerla despacio, sacarle toda su esencia y comprender su amor a la vida en el "viva y deje vivir" de las ardillas del Central Park o en el "viva y mire vivir" recomendación para transitar por la ciudad neoyorkina, en la que es de mal gusto mencionar, si quiera,  a la muerte "aquí la muerte es la desconocida, la inmigrante ilegal: se la deporta a su país de origen".

Hierro, un gran poeta, avalado por premios como el Adonais, el Príncipe de Asturias, el Reina Sofía, dos veces y el  de la Crítica entre otros.
Además fue un gran ilustrador y dibujante en cualquier papel, libro  o servilleta que se le pusiese por delante.

 Gran conversador y amante de la vida, aunque sin perder de vista la muerte, como la última poesía que le oí recitar (al año siguiente nos dejó) y que me pareció su epitafio:

"Después de todo, todo ha sido nada,

a pesar de que un día lo fue todo.

Después de nada, o después de todo

supe que todo no era más que nada.

Grito: "¡TODO!", y el eco dice: ¡NADA!.

  Grito: "¡NADA!", y el eco dice: ¡TODO!".

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De José Hierro leerlo TODO, no os dejéis sin leer NADA.