UNA VEZ AL AÑO POR LO MENOS

tengo que ver y escuchar en vivo y en directo a 

para luego seguir recreándome con lo que he vivido en esa noche que él sabe como nadie, llenar de magia.

El año pasado fue en el Castillo Sohail, al acabar las vacaciones y este año ha sido al empezarlas.
Ya me lo llevo puesto desde Córdoba.
En el concierto de anoche, Miguel estuvo "entregao en cuerpo y alma", ante una Axerquía en la que no cabía un alfiler,

ni la luna quiso perderse el espectáculo

Miguel estaba exultante y se notaba: cantó "a capella" en repetidas ocasiones, bailó, estuvo tan cercano al público que recorrió el teatro de parte a parte y complació en varias ocasiones las peticiones del público. Quedará en mi recuerdo "Tus cinco toritos negros", medio tarareada, medio cantada y sin terminar, pero que, aún así, puso el vello de punta.
De estos momentos hubo muchos a lo largo de la noche  que empezó cantando a los grandes poetas, siguió con cante flamenco











 
y terminó con canción española, iniciándola con un espectacular popurrí de sus temas más emblemáticos

A lo largo  del concierto, no faltaron las menciones y homenajes a guitarristas, cantaores, compositores de copla, incluso a la gran Chavela Vargas, con el "que te vaya bonito"
Gracias, muchas gracias a tu gente,

al maestro Amargós y al guitarrista Chicuelo

y especialmente a ti Miguel, por hacernos vibrar, por emocionarnos concierto tras concierto, por ponernos los sentimientos a flor de piel con el embrujo de tu voz y hacernos vivir estas noches arropadas con tanto arte. 

Si no te veo antes, hasta el año que viene y que te vaya bonito.