Nuestro querido Gus se ha ofrecido voluntario para dirigirnos este jueves y el tema propuesto es lo que haríamos si se fuera la luz durante veinte días. Sin duda el tema es atrayente, si queréis leer lo que se nos ocurre, aquí va su enlace
AY, SE FUE LA LUZ Y YA LLEVAMOS SIN ELLA VEINTE DÍAS
Aquella noche, sin saber por qué las luces dejaron de alumbrar en todo el país, pero ella no lo sabía pensaba que el problema era suyo cuando encendió la luz de la mesita y vio que no lucía, pensó que algo había ocurrido en esa lámpara de sal que le habían regalado y siguió su rutina con la luz que entraba por la ventana, pero en la cocina la vitro no funcionaba y el frigo olía mal.
Empezó a agobiarse, pero no tenía tiempo que perder y se fue a trabajar, vio que el ascensor no respondía a su llamada y sin cuestionarse nada comenzó el descenso desde su décimo piso a grandes zancadas para no llegar tarde al trabajo.
Ya en la oficina el caos reinante la aturdió: las lámparas no lucían, los ordenadores permanecían apagados y los teléfonos estaban en el silencio más absoluto.
Se comentaba con gran alborozo que el presidente del gobierno había hecho llegar, mediante correos personales, el ruego de que no cundiera el pánico, que había una avería importante y a la mayor brevedad quedaría solucionada.
El país estaba parado y siguió parado durante veinte días.
Ella, como todo el mundo, se fue familiarizando con el cambio.
El ritmo de vida se ralentizó y las relaciones personales se fueron enriqueciendo, el trabajo que se hacía era manual y más reposado.
La vida social cambio de escenario trasladándose a los parques donde había más gente conversando y los niños jugaban hasta caer la tarde hora en la que las familias se recluían en sus casas.
Se cenaba temprano y alrededor de la luz de una vela se iban entrelazando conversaciones que sacaban a flote los sentimientos, esos que la tele no dejaba verbalizar, y que ahora fluían con facilidad.
La noche se hacía más larga y los cuerpos se buscaban para jugar y entretenerse descubriendo sus recovecos más profundos, para amarse con vehemencia pero sin prisas,
A los nueve meses de esos benditos veinte días, se produjo tal cambio demográfico, que los políticos empezaron a plantearse provocar estos apagones para conseguir una pirámide de población en rápido crecimiento.
Ya en la oficina el caos reinante la aturdió: las lámparas no lucían, los ordenadores permanecían apagados y los teléfonos estaban en el silencio más absoluto.
Se comentaba con gran alborozo que el presidente del gobierno había hecho llegar, mediante correos personales, el ruego de que no cundiera el pánico, que había una avería importante y a la mayor brevedad quedaría solucionada.
El país estaba parado y siguió parado durante veinte días.
Ella, como todo el mundo, se fue familiarizando con el cambio.
El ritmo de vida se ralentizó y las relaciones personales se fueron enriqueciendo, el trabajo que se hacía era manual y más reposado.
La vida social cambio de escenario trasladándose a los parques donde había más gente conversando y los niños jugaban hasta caer la tarde hora en la que las familias se recluían en sus casas.
Se cenaba temprano y alrededor de la luz de una vela se iban entrelazando conversaciones que sacaban a flote los sentimientos, esos que la tele no dejaba verbalizar, y que ahora fluían con facilidad.
La noche se hacía más larga y los cuerpos se buscaban para jugar y entretenerse descubriendo sus recovecos más profundos, para amarse con vehemencia pero sin prisas,
A los nueve meses de esos benditos veinte días, se produjo tal cambio demográfico, que los políticos empezaron a plantearse provocar estos apagones para conseguir una pirámide de población en rápido crecimiento.
Hola Tracy, entretenido relato. Tal cual 60 años atrás... Y no, no parece que hayamos avanzado mucho como seres humanos.
ResponderEliminarMás de uno firmaría por un término medio. Ni tener que lavar la ropa en el río, ni tener que vivir, sobrevivir, en un mundo como el actual.
Un gran abrazo.
A la sociedad le cuesta mucho encontrar el punto medio y al capitalismo más.
EliminarEse apagón sucedió en una ciudad con gente tranquila y civilizada, tantos días sin luz es desabastecimiento y perdida de modales, pero tu has recuperado otras épocas en las que sin luz se podía vivir. Iremos de bautizo. Abrazos
ResponderEliminarUna época en la que las puertas de las casas permanecían abiertas, para nada he pensado en los cacos actuales al amparo de la oscuridad.
EliminarNo lo digas en broma,está documentado que en los grandes apagones de la historia de EEUU se produjo el efecto demográfico que expones.... y no fueron de veinte días.
ResponderEliminarBss
¡Pues claro!, la gente tiene que entretenerse ¿Y qué cosas quedan para entretenerse sin tener luz?
EliminarAntiguamente no tenían luz, y la gente seguía viviendo lo mismo; ahora no podemos porque estamos acostumbrados a la tecnología y a las comodidades. En España hasta hace cuatro días en muchos pueblos pequeños no tenían luz, y la gente vivía entre los pollos las gallinas, y los olores de las cuadras y establos la mar de gusto. Ahora estamos dos horas sin luz, y de la mala leche que a uno se le pone, es capaz de comerse a un vecino.
ResponderEliminarBesos Tracy.
¡¡¡Donde hemos llegado!!!
EliminarHay que ver como has convertido todo un episodio negativo en todo un cúmulo de consecuencias negativas....estamos tan acostumbrados a vivir con las comodidades, frutos de nuestro tiempo, que un acontecimiento así, sería catastrófico.
ResponderEliminarMe gusta como has enfocado el tema.
Besos
Muchas gracias, me alegro que te haya gustado.
EliminarMuy bueno! Hay veces que a las parejas que tienen muchos hijos les preguntan "¿No tienen televisor?".
ResponderEliminarEs verdad.
EliminarEs una idea, Besos.
ResponderEliminarEntre muchas.
Eliminar20 días sin luz, por lo menos que haya sol.
ResponderEliminarUn beso.
Y ya nos buscaremos la vida.
:)
Incluso estando nublado, siempre nos buscaríamos la vida..
Eliminar...si ahora hubiera un apagón.........que nos pillen confesados......no creo que aumentara la natalidad........tal vez si la delincuencia.......como hemos cambiado.
ResponderEliminarAumentarían ambas a la par.
EliminarYo creo que ya me apuntaba a un apagón así.
ResponderEliminarYo también.
EliminarIba a decir lo mismito que el lindo gatito :)
ResponderEliminarBesos y salud
Pues... adelante, no te prives.
Eliminar
ResponderEliminarGracias amiga, por recordarme con esa entrañable entrada, mi niñez en un pueblo manchego. Me crié así y mira, no he tenido ninguna traba para, hacerme mayor y saber apreciar el meollo sin oropel de las cosas trascendentes.
Un abrazo.
Tú desde luego vienes pertrechado de un gran bagaje de experiencias que te hacen valorar lo que te rodea.
EliminarHabría suicidios masivos si se fuera la luz para siempre...
ResponderEliminarBesos.
Y con motivo, porque eso de no poderte leer a diario...
EliminarSerá por eso que antes cuando solo había candiles, había tantas familias numerosas;))
ResponderEliminarMuy bueno.
Un beso.
No te extrañe que así fuera.
EliminarEs una forma de aproximación humana. Me gusta el... sin prisas.
ResponderEliminarUn beso.
A mí también.
EliminarUna involución casi apetecible esta del renacer de la oscuridad...
ResponderEliminarSi que lo es, al menos de momento.
EliminarUna gran reflexión, Tracy, un diez. me lo llevo a menéame.
ResponderEliminar¿Dónde te lo llevas?
Eliminarmenéame es una página que recopila artículos de calidad. Te dejo el enlace, llevas 62 visitas: - https://www.meneame.net/m/cultura/fue-luz-llevamos-sin-ella-ya-veinte-dias
EliminarNo sabía de su existencia, así es que te doy las gracias por haberme hecho dar el salto al estrellato, jejejejeje
EliminarUn beso
Otro para ti, Tracy.
EliminarNo me convence. Nos perderíamos esta comunidad virtual, tan parecida a la amistad.
ResponderEliminarY si hay cuerpos para amor, mejor contar con luz para verse mutuamente.
En eso llevas razón, ahora mismo no podría estar comunicándome contigo....
EliminarBueno, pues bien mirado, igual si que convienen estos apagones para cambiar nuestros hábitos.
ResponderEliminarMe gustó tu punto de vista.
Un abrazo
¡Qué bien que te gustara!
EliminarUna vez me sumé a una de esas iniciativas que consisten en apagar todas las luces de la casa durante una hora y prologamos el tiempo. Se está muy bien en silencio y a oscuras.
ResponderEliminarSalu2 silenciosos, Tracy.
Yo también me he sumado en varias ocasiones y la cosa no es tan mala, ahora que veinte días....
EliminarLlego tardísimo, pero llegué. Me parece estupendo lo que relatas, estaría muy bien...
ResponderEliminarUn beso fuerte. Si, Tracy, un poco de silencio, ahora mismo...
Yo creo que un apagón así hoy en día nos pondría de los nervios.
ResponderEliminarSupongo que ya estamos contaminados de tecnología...
Besos
O será q llevo un día de locos y lo veo todo gris...
Veinte días sin luz? ¿Te imaginas? Todo paralizado. ¿Sobrevivirían?
ResponderEliminarSaludos Tracy.
Leyendote he regresado a cuando era niña, habia luz si, pero la vida era como la que cuentas, Todo como más pausado y más vivido.
ResponderEliminarBesos.
Lo de los nueve meses que cuentas, Tracy, es real. En el famoso apagón de New York, a los nueve meses de la fecha hubo un incremento notable de la natalidad. Señal inequívoca de que, ese acercamiento humano, es favorecido por la falta de luz.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
La falta de luz nos lleva a buscar otros entretenimientos jajaaja. Eso es lo que dicen las estadisticas al menos.
ResponderEliminarAbrazos amiga.
Es verdad eso último que dices. O por lo menos así loinformaron todos los medios de comunicación, después del famoso apagón de Nueva York. ¡¡¡Y solo fué una noche !!!
ResponderEliminarMe ha gustado como lo has planteado. eres un crack.
Tiene mucho sentido y resulta anecdótico y gracioso. Me pregunto como serían aquellas noches en las que la ausencia de la luz era natural. ¿Seremos tantos en el mundo por eso...?
ResponderEliminarBesos