Post dedicado a Cata Barranco
En nuestro viaje por tierras abulenses, paramos en esta gasolinera de Piedrahíta y después tomamos un tentempié en su cafetería en la que amablemente nos sirvió Bernardo
Antes de continuar el viaje, fui al baño y allí me dejé olvidada la máquina de fotos. Sin darme cuenta del olvido, llegamos a Candelario, comimos y nos echamos a dormir la siesta , cogí la cama y el silencio del pueblo con tantas ganas, que no sé porqué me desperté sobresaltada pensando en que al subir las cosas a la habitación, no había visto la máquina, pero lo agustito que me encontraba me hizo pensar: "estará en el coche" y seguí durmiendo.
Acabó la siesta y bajamos al coche a buscar la cámara aunque ya era consciente que se había quedado en el baño de la gasolinera.
Miotro empezó a buscar por internet las imágenes de la gasolinera en la que nos habíamos parado.
Había cinco en el pueblo, al fin la reconocí por esta terracita que hay al entrar en el bar.
Llamé por teléfono y ¡qué alegría más grande! la máquina se la había encontrado Cata y la había dejado en el bar por si preguntaban por ella.
Desde aquí mi homenaje a la buena gente, que la hay, aunque pasen desapercibidos.
Ayer desandamos de nuevo el camino hasta Piedrahíta, a recoger la máqina y fue un momento especial porque yo quería darle las gracias personalmente a Cata, pero estaba de descanso, le pedí el teléfono a Bernardo, el chaval de la barra, pero las cosas que pasan en los pueblos, entre unos y otros que estaban oyendo la conversación, me dijeron que en ese mometo acababa de llegar el marido de Cata.
Me presenté a él, le dije quien era y el coraje que me había dado no poderla conocer en persona y que la iba a llamar por teléfono agradeciéndoselo, porque la cámara, aunque era buena, se podía reponer pero las fotos que llevaba del viaje se hubieran perdido para siempre:
- No le tiene usted que agradecer ná, Cata hizo lo que tenía que hacer.
Un momento secillo y humano.
Desde allí mismo la llamé al móvil y como no contestaba, su marido me dió el número del teléfono fijo y estuve hablando con ella como si nos conociéramos de toda la vida.
¡Gracias Cata! ya no sólo por la máquina, ni si quiera por las fotos, sino por ser como eres: noble, entrañable y buena gente, como decimos en mi tierra.
Esto y más lo percibí a través de tu voz por teléfono, me alegra mucho haber hablado contigo, porque no siempre tienes la suerte de toparte con personas como tú.
Tengo tu dirección y tu teléfono y seguro que nos vamos a conocer.
¡SEGURO!
¡Qué cunda el ejemplo de Cata!
En nuestro viaje por tierras abulenses, paramos en esta gasolinera de Piedrahíta y después tomamos un tentempié en su cafetería en la que amablemente nos sirvió Bernardo
Antes de continuar el viaje, fui al baño y allí me dejé olvidada la máquina de fotos. Sin darme cuenta del olvido, llegamos a Candelario, comimos y nos echamos a dormir la siesta , cogí la cama y el silencio del pueblo con tantas ganas, que no sé porqué me desperté sobresaltada pensando en que al subir las cosas a la habitación, no había visto la máquina, pero lo agustito que me encontraba me hizo pensar: "estará en el coche" y seguí durmiendo.
Acabó la siesta y bajamos al coche a buscar la cámara aunque ya era consciente que se había quedado en el baño de la gasolinera.
Miotro empezó a buscar por internet las imágenes de la gasolinera en la que nos habíamos parado.
Había cinco en el pueblo, al fin la reconocí por esta terracita que hay al entrar en el bar.
Llamé por teléfono y ¡qué alegría más grande! la máquina se la había encontrado Cata y la había dejado en el bar por si preguntaban por ella.
Desde aquí mi homenaje a la buena gente, que la hay, aunque pasen desapercibidos.
Ayer desandamos de nuevo el camino hasta Piedrahíta, a recoger la máqina y fue un momento especial porque yo quería darle las gracias personalmente a Cata, pero estaba de descanso, le pedí el teléfono a Bernardo, el chaval de la barra, pero las cosas que pasan en los pueblos, entre unos y otros que estaban oyendo la conversación, me dijeron que en ese mometo acababa de llegar el marido de Cata.
Me presenté a él, le dije quien era y el coraje que me había dado no poderla conocer en persona y que la iba a llamar por teléfono agradeciéndoselo, porque la cámara, aunque era buena, se podía reponer pero las fotos que llevaba del viaje se hubieran perdido para siempre:
- No le tiene usted que agradecer ná, Cata hizo lo que tenía que hacer.
Un momento secillo y humano.
Desde allí mismo la llamé al móvil y como no contestaba, su marido me dió el número del teléfono fijo y estuve hablando con ella como si nos conociéramos de toda la vida.
¡Gracias Cata! ya no sólo por la máquina, ni si quiera por las fotos, sino por ser como eres: noble, entrañable y buena gente, como decimos en mi tierra.
Esto y más lo percibí a través de tu voz por teléfono, me alegra mucho haber hablado contigo, porque no siempre tienes la suerte de toparte con personas como tú.
Tengo tu dirección y tu teléfono y seguro que nos vamos a conocer.
¡SEGURO!
¡Qué cunda el ejemplo de Cata!
Estas cosas pasan bastante más de lo que creemos. Lo que pasa es que no se le da la difusión adecuada porque no le damos importancia.
ResponderEliminarA mi me ha pasado en varias ocasiones.
Eso demuestra que hay más gente honrada que sinvergüenza, pero se conoce que estos últimos se ven más porque están ocupando altos cargos y son muy visibles.
EliminarEstamos tan acostumbrados a las malas noticias, que las pequeñas, que son muchas, apenas le damos importancia porque no son publicadas.
ResponderEliminarPor eso yo la he publicado a bombo y platillo para que se nos fije la idea que el género humano está dandomuestras de su bondad día a día.
Eliminar:)
ResponderEliminarBiennnnnnnnnn por Cataaaaaaaaa
Besos.
¡¡¡Bien!!!
EliminarHola Tracy: yo también me he encontrado con situaciones así. Por lo menos tres veces, y siempre he recupèrado mis pertenencias. Las tres veces he tenido una alegria desbordante, y creo que he sabido agradecer tan estupendo comportamiento. Así es la vida! Besucos
ResponderEliminarMe alegro también por ti, por aquello de que si se es agradecida es porque eres bien nacida.
EliminarEl ejemplo cunde, hay mucha gente buena, te lo puedo ampliar con datos, pero hay menos gente agradecida por eso es importante lo que tu hiciste. Un abrazo
ResponderEliminarTambién hay mucha gente agradecid, o al menos así quiero creerlo yo.
EliminarOtro abrazo para ti.
Gente buena, gente excepcional. ¡Qué no sean una excepción!
ResponderEliminarDeso lo mismo que tú.
EliminarMe agrada tener noticias de "la buena gente",que la hay y bastante mas de lo que suponemos. Lo malo es que no son noticia, cuando nuestro deber, seria amplificar su existencia y contraponer a tanta voceada sinvergonzoneria.
ResponderEliminarBesos.
Precisamente le he puesto altavoces al hecho para que cunda el ejemplo.
EliminarUn bso.
Sí,todavía hay buenas personas.
ResponderEliminar: )
Bien por Cata y por ti.
Besos y buen fin de semana!
¿Bien por Cata!, yo sólo he hecho darle las gracias ¿qué menos?
EliminarOs felicito a las dos, por vuestra actitud.
ResponderEliminarBesos
Pues gracias en nombre de las dos.
EliminarHayla
ResponderEliminarBesos
¡Y tanto que la hay!
Eliminar¡Me alegro mucho!
ResponderEliminarEjemplos así nos reconfortan el alma.
Besos
Pues sí se renueva la esperanza en el ser humano.
Eliminar"No le tiene usted que agradecer ná, Cata hizo lo que tenía que hacer".
ResponderEliminarEso denota la verdadera honestidad, la honradez.
Claro que hay gente buena. Por supuesto.
Muchos besos fuertes para todos.
Esa frase fue tan definitoria como la actitud de Cata.
EliminarHay mucha más buena gente de lo que parece. Estamos tan acostumbrados al choriceo de unos cuantos que llegamos a pensar que la mayoria es igual.
ResponderEliminarMe alegro que todo terminara bien.
Un abrazo
Estoy de acuerdo contigo en todo.
EliminarConozco ese pueblo de Piedrahíta es muy bonito.
ResponderEliminarBuenas personas las hay en todos los sitios, por supuesto.
Besos y feliz fin de semana.
Piedrahíta fue el escenario de este hecho pero pudo ser cualquier otro.
EliminarEs cierto, todavía van quedando buenas personas, lo que ocurre que como cada vez quedan menos, nos sorprende todavía más, como el caso que a ti te ha sucedido con la cámara. En fin me alegro de que la recuperaras al toparte con esta buena persona.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por tu alegría.
EliminarQue maja Cata, yo soy igual...jajaja
ResponderEliminarAdemás de modesto, claro... :)
Besos y salud
Por supuesto que tú eres igual que Cata, pero hay algo en lo que os difereciáis: tu eres chico y ella es chica, que no es poco.
EliminarI tant!!!
ResponderEliminar;)
Haylas. Sí.
Me encantan todos esos finales felices.
Besos, linda.
Haylas... haylas...
EliminarUn besazo
Como bien dices gente buena hay siempre , y Cata a parte de hacer lo que debía demuestra que todavía hay gente honra y eso siempre es de agradecer.
ResponderEliminarTú mejor que nadie que recorres la geografía de un lado para otro sabes de la gente y te das cuenta que siempre la gente sencilla es noble x naturaleza y en este caso diste con una de ellas.
Que tengas un bonito finde y nos muestres más imágenes tan lindas.
Un abrazo.
Pues sí una vez más se ha demostrado que hay mucha gente honrá, aunque no salga en los periódicos.
EliminarQuedan Catas si quedan,por suerte,abrazos.
ResponderEliminarAfortunadamente sí que quedan.
EliminarSi se la encuentra un político, no la vuelves a ver.
ResponderEliminarUn abrazo
Jajajajajaja
EliminarTambién hay muy buena gente. Suerte tuviste de encontrarte con una buena persona.
ResponderEliminarEstoy convencida de ello, lo que pasa es que la mala gente hace más ruído y se nota más.
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