Nos dirige Lucía y me imagino que para cerrar la Semana Santa nos propone escribir sobre ella, yo que la tenía ya cerrada vuelvo a traerla al presente, si vosotros queréis hacer igual, pichad aquí
RECUERDOS DE MI SEMANA SANTA
Desde pequeña la he tenido asociada a las vacaciones tras un trimestre larguísimo, que a veces se convertía en cuatrimestre sin ninguna fiesta que le diera un respiro.
Estas vacaciones las pasábamos en casa de mi abuela y nada más entrar por las primeras casas del pueblo, el aire se hacía semanasantero impregnado de incienso, cera, azahar y de los aromas de los dulces que se hacían en las casas y se llevaban a cocer al horno por mujeres que con paso apresurado cargaban las bateas de Magdalenas en un ir y venir constante por las calles empinadas y las plazas recoletas que servían de amplificador a los sonidos de tambores y trompetas.
¡¡¡Ya estaba de vacaciones!!!
La Semana Santa es la fiesta de los sentidos.
El Viernes de Dolores era su pistoletazo de salida.
En ella me reencontraba con mi pandilla, y más allá de lo que significaran estos días, para mí era la pura diversión que tomaba un cariz especial porque los chicos salían en las distintas procesiones y nosotras, las chicas, nos dedicábamos a esperar esa señal, con el cirio o con la mano que sujetaba el rostrillo, del chico que nos gustara en aquel momento y con el que habíamos quedado en una especie de morse que sólo él y yo conocíamos. Ellos sabían en qué balcones estaríamos para ver pasar la procesión, era emocionante jugar a reconocerlos desde lejos en las filas interminables de nazarenos al pasar por la Calle Llana.
Saltábamos de calle en calle y de balcón en balcón y no sé cómo nos las apañábamos para ver a todos los de la charpa más de una vez en cada desfile procesional del mismo día.
Eran fechas de trasnochar, las calles estaban llenas de gente que iban a encerrar los pasos y después se refugiaban en los bares que permanecían abiertos para tomar un caldo o un café con coñacs para entrar en calor mientras escuchábamos las andanzas que habían vivido los chicos en las diferentes procesiones.
¡Qué nerviosismo!, aún hoy después de tropecientos mil años, me sigo poniendo nerviosa.
¡Qué bien me lo pasaba!
Qué bien lo pasábamos antes... en fin...
ResponderEliminarBesos.
Has puesto "Pichad aquí", en vez de "Pinchad aquí"... claro, claro... tantos recuerdos eh... jajajjaa
Jajajaja, pues ya no lo corrijo, en honor a ti, que me has hecho reír y además las horas que son....
EliminarAdemás pega con el relato, jejejeje
Sobre todo antes, cuando en los colegios estábamos mucho más encorsetados y lo horarios eran interminables, esas vacaciones sabían a gloria bendita. Bonitos tus recuerdos.
ResponderEliminarEn una mirada infantil siempre hay alegría, los recuerdos son como luces de colores, no igual pero parecido, las pasaba en casa y con familia que venia a vernos, la casa de mis padres era como una "fonda" . Un abrazo
ResponderEliminarBuenos días, Tracy:
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, lleno de descripciones ágiles y sensaciones intensas.
!Qué bien me lo he pasado leyéndote!
Gracias Nino. Me alegro mucho de que lo hayas pasado bien leyéndome.
EliminarUn beso
El recuerdo de mi Semana Santa juvenil, es menos bucólico y divertido. Muchas horas detrás del mostrador, sin parar un momento, desde la media tarde del jueves, hasta el lunes de pascua.
ResponderEliminarMi madre hacía unas fuentes grandes de bacalao rebozado frito, otra de ensaladilla rusa, un perol de potaje de cuaresma y otra fuente de arroz con leche, para comer, (a salto de mata), la familia y los empleados.
Veía las procesiones al salir o al entrar a la iglesia. Y algunos años. como premio, mi padre, cuando habíamos cerrado y estaba limpiando la cafetera me cantaba una saeta, no se si como premio o para que no me durmiera.
Como verás, no puedo recordarlas con el mismo cariño que tu lo haces y obviamente no me lo pasaba tan bien.
Menos mal que supe desertar de ese trabajo.
Besos.
En algo se parecen: las comidas eran las mismas, lo que pasa qs que a mí no me cantaban saetas para dormirme, ¡Ya sé de donde te viene el gusto por el flamenco, jejejeje
EliminarBesos
Semana santa con los primeros amores, esos qué no se olvidan por que nos hacen sentir, y mucho, con su inocencia. Vacaciones en familia y con amigos...lo tuyo era un lujo querida amiga !
ResponderEliminarHe pasado de balcón en balcón de tu mano y me ha encantado.
gracias por participar .
Besos amiga.
Sí, una adolescencia bastante diferente a la de ahora,
EliminarUn abrazo
Me ha encantado tu relato biográfico.
ResponderEliminarHace sonreír.
Un beso.
Hasta yo me sonrío...
EliminarMe parece precioso tu relato, lleno de vida y de sensaciones hermosas.
ResponderEliminarMe ha traído mucho recuerdos míos a esa edad :)
Muchos besos, Tracy.
A mí me pasa igual leyendo otros relatos, que me hacen vivir esa época. y es bonito.
EliminarHola Tracy , un bonito recuerdo de lo bien que se pasaba antes la semana santa , y el volver a recordar con nostalgia aquellos años de juventud , te deseo un feliz viernes , besos bonita.
ResponderEliminarMe gusta recordarlo pero no con nostalgia, porque cada época tiene su encanto y todas se deben disfrutar
EliminarUn beso Flor
Tanto como nosotros leyéndote…
ResponderEliminarMuy bonito viaje a esos días, y un billete maravilloso que nos has brindado para nuestro propio viaje al pasado… Precioso!
Bsoss y abrazos enormes, y muy feliz finde, mi querida Tracy 😘
Me alegro mucho que me hayas acompañado por esas calles viendo aquellas procesiones.
EliminarTambién yo me lo pasaba genial. Recuerdo muchas cosas en esos días, sobre todo de mis abuelos, los preparativos, las túnicas... el ir y venir, qué tiempos!!!!
ResponderEliminarBesos
Creo que en aquel tiempo el paisaje es el mismo: el ir y venir, el ajetreo, los dulces...
EliminarA todos nos trae gratos recuerdos la Semana Santa , desde niños con la vacaciones hasta ya de adultos con todo lo que conlleva
ResponderEliminarbesinos
Así es, cada tiempo tiene unos recuerdos.
EliminarNos has descrito perfectamente tu Semana Santa ..y que alegría ver que la vivías con alegría eso es fantástico , gracias siempre por traernos trocitos de ti ..
ResponderEliminarUn abrazo y feliz viernes.
Doy gracias a la vida porque me ha proporcionado motivos para estar alegre: Eso es importantísimo.
EliminarAbrazos semanasanteros.
Querida Tracy, son recuerdos emocionantes que has narrado de maravilla.
ResponderEliminarTiempos estupendos.
Un beso muy fuerte.
Tiempos estupendos , pero no creo que cualquier tiempo pasado fue mejor. Cada tiempo tiene si aquel.
EliminarSeguro que las de ahora, con el paso de los años tambien tienen un relato.
ResponderEliminarBeso actual.
¡Por supuesto!
EliminarLa viviamos muy parecida, lo de las mágadelas igualito, luego mi madre como el resto de vecinas, las cargaban en canastas y las tapaban con unos trapitos blancos con puntillas... Qué recuerdos.
ResponderEliminarBesos.
UYYYYYYYYYYYYYY, lo de las canastas y los pañitos bordados se me había olvidado ¡es verdad!
EliminarGracias por recordármelo.
Recuerdos... y memoria viva, la tuya.
ResponderEliminarY que la podamos recopilar toda;)
En eso andamos.
Bonito momento, que lo inmortalice el tiempo.
Bss, prima que ya está aquí, y ya mismo, la Feria;)
Muy bonito lo que me dices.
EliminarUn lujo tenerte, prima.
¡Que bien te lo pasabas!
ResponderEliminarComo quedan los recuerdos... :)
Besos y salud
No lo sabes tú bien, era la más feliz del mundo.
EliminarSemana santa es una de la fechas que mas se asocia con olores.
ResponderEliminarSí, estoy de acuerdo contigo.
Eliminar¡Qué belleza de relato, Tracy! Cómo si lo estuviera viendo y sintiendo. Gracias pro hacerme partícipe de estos recuerdos de infancia tan bien relatados.
ResponderEliminarBesos
Gracias Myriam
EliminarGenial la escena que compartes con nosotros, Tracy *__* ¡Casi he sentido el mismo nerviosismo que tú! Me encnata que ni aun con el paso del tiempo se pierda la emoción.
ResponderEliminarUn besazo
Celebro que te haya gustado y que me hayas acompañado en el nerviosismo de aquellos momentos.
EliminarUn abrazo.
Sí. Yo tb lo pasaba bien y ahora odio las aglomeraciones...
ResponderEliminarBesos.
Los gustos van cambiando con el tiempo.
EliminarTe doy toda la razón, cuando una es pequeña lo ve todo inmenso y la curiosidad es enorme. Ya te imagino esos días de procesiones con los ojos como platos obserbándolo todo.
ResponderEliminarUn abrazo
La adolescencia es una etapa de descubrimientos.
EliminarHermosos recuerdos, gracias por compartirlos querida Tracy.
ResponderEliminarUn beso.
Sí que son bonitos o al menos a mí me lo parecen.
EliminarUnos lindos recuerdos, que llevan nostalgias
ResponderEliminarLa adolescencia es tan rica en sentimientos... que recordarlos... te trae nostalgias
EliminarMe has traido a la memoria los auténticos palizones que de jovenzuelo me daba con los amigos viendo llegar a las distintas imágenes a sus respectivas iglesias, después de procesionar. Eran otros tiempos y porqué no decirlo, otra fé, hoy ya muy alejada de mí.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
TE advierto que a mí lo que más me gusta, todavía, es ver entrar los pasos y ver sacarlos.
EliminarBendita adolescencia, aunque con esos olores me has arrastrado a la Membrilla de mi infancia, en mi adolescencia de l'Hospitalet no habian procesiones aunque eso si no faltaban ni los chicos ni los dulces. Lo has esclado de una forma que ya me he visto yo de balcon en balcon y de casa en casa... Besos.
ResponderEliminarComprendo que para ti sería un cambio inmenso pasar de Andalucía a Cataluña, sobretodo en Semana Santa.
Eliminar¡Qué bonitos recuerdos Tracy!
ResponderEliminarComparto contigo algunos de ellos...Son vivencias que quien no las haya tenido no las entenderán.
Un Beso
Pues sí, aquí la Semana Santa se vive intensamente sin que en ello sea imprescindible ser ferviente creyente.
EliminarBesos
Tienes razón. La Semana Santa en Andalucía es algo especial. Difícil de comprender para el que no lo ha vivido, o sea de allá. En Sevilla lo viví en los principios del 60. Toda la semana!! Y fue extraordinario!!
ResponderEliminarAlgún día te contaré el porqué fui a parar allí, con unos 18 o 19 años. Yo solito!
Un abrazo.
Ya me lo contarás cuando nos veamos.
EliminarRecuerdo que en la tele no ponían ni dibujos animados ni nada.
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