Nos conduce Mª José y ha pensado en un tema muy, pero que muy dulce, si queréis que la boca se os haga agua pasaros por su blog
DULCES NAVIDEÑOS
Era la confitería más antigua de la ciudad, regentada por dos hermanas ancianas cuya única ilusión era abrir el establecimiento cada día, sin importarle, las ventas que podían hacer. La verdad es que no eran muchas porque las familias preferían visitar las grandes superficies donde compraban a la vez todos los alimentos que necesitaban.
Ellas no entendían de marketing, ni de publicidad, sólo ponían todo su esmero en atender a esos clientes desperdigados que llegaban cada día a los que le hacían un interrogatorio exhaustivo sobre el motivo de la compra y después de escucharlos atentamente, una de las hermanas se perdía en la trastienda, mientras la otra envolvía con esmero los dulces, empleando todo el tiempo del mundo e incluso después de empaquetarlos les ponían una cinta para que los pudieran llevar más cómodamente sin que los dulces se estropearan.
En el momento de cobrar salía la otra hermana de la trastienda con el importe de los dulces.
Algunos clientes se exasperaban al aguantar tanta parsimonia y se hacían propósitos de no volver, pero cambiaban de opinión al ver lo que iba escrito con una primorosa letra en el reverso de la nota de compra y que reflejaba en unos versos, algo de la conversación que habían mantenido al elegir los dulces:
"Los roscos de vino
para mi sobrino"
"Ricos mantecados,
para enamorados"
"Cariño,
tómate un pestiño"
"Con Alfajores,
olvida viejos amores"
"Turrón blando para el abuelo,
y turrón duro para el mozuelo"
"Para niños piñonates
y barritas de chocolate"
"Figuras de Mazapán
para el día de navidad"
"Bombones para mamá
y de licor para papá"
En Navidad las colas se hacían interminables y es que el mundo, aún sin saberlo, está necesitado de ternura y poesía.
Sí, el mundo está necesitado de muchas cosas...
ResponderEliminarY sobrante de muchas más...
Abrazos Tracy. Buenos dulces!
Llevas toda la razón.
EliminarAbrazos también para ti, Ernesto.
Una entrada preciosa. Nostálgica, interesante, y adornada con una poesía maravillosa.
ResponderEliminarBuen trabajo.
Besos.,
Es que las protas son entrañables ¿a que sí?
EliminarPreciosa y apetitosa esta confitería, donde además de dulces se expende dulzura.
ResponderEliminarUn abrazo.
.... Y humanidad, todo en uno.
EliminarEllos tienen la culpa de estar engordando pese a la dieta. ¡¡Malditos dulces!!
ResponderEliminarSaludos
No te engañes, Emilio, que no quiero hacer de "Pepita" Grillo.
EliminarQue maravilla, yo no cambiaria de pastelería, es mas haría un viaja para ir a comprarles a ellas. Un abrazo poeta
ResponderEliminarLe pasaré ese abrazo a la hermana de la trastienda que es la poeta.
EliminarApetitosa entrada. Lo importante es el cariño que se pone en la cocina, creo.
ResponderEliminarUn abrazo, Tracy
Cocinar bien es amar mejor.
EliminarUhmm que rico. Todo tan dulce como tú.
ResponderEliminarTe deseo una Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo.
Besos.
Ummmmmmmm!!!, muchas gracias
EliminarQue tierna y emotiva entrada y así mismo, cuando entras a comprar y te venden algo más que lo que buscas te das cuenta de la importancia del contacto humano ...No hay mejor venta que la que haces con el corazón y te regalan una sonrisa. Me encanto.
ResponderEliminarUn feliz día
No me gusta comprar por internet, en ellas no existe el alma, el contacto humano es la parte más importante de las compras.
Eliminar¡Qué bonito y entrañable relato! Ha sido muy dulce leer algo así, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra que te hayas ido con la sonrisa puesta.
EliminarEsas frases merecen el tiempo de espera que haga falta.
ResponderEliminarEs que la hermana que se metía en la trastienda era una gran poetisa.
EliminarUn beso dulce, prima.
ResponderEliminar;)
;)
EliminarUmmmmmmmmm!!!! qué rico!!!!
Un gesto amable siempre es de agradecer.
ResponderEliminarSalu2, Tracy.
Ser amable no cuesta dinero y siempre se ha de agradecer.
EliminarMuy bonito. También me encantaría ir a comprar algunos dulces. Besos.
ResponderEliminarLo mismo no te encuentras a las hermanas, pero tú puedes hacer los versos de las dedicatorias.
EliminarQue más quisiera yo que hacer los versos...les pondría unas flores para acompañar.
EliminarEntrañable, como siempre, amiga Tracy. Como me gustan a mi esas tiendas como la de las dos hermanas, si las conociera creo que sería ellas las que me tendrían que decir eso de "¡Oiga ¿Cuándo se va?!
ResponderEliminarEsos pareados son pura antología del verso. Bravo, bravo por ti y por ellas.
Esas tiendas le gustan a todo el mundo.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Dejar que las cosas hornean en su tiempo es fruto de calidad y eso se agradece cuanto pasamos entre fogones, dulces, refrescos o tantas cosas que nos impartes que estos detalles no se olvidan, Tracy.
ResponderEliminarAllá voy a mercar unos dulces pero que no engorden, jajajaja !!!
Abrazos con cariño y buenas tardes.
Todo lo bueno engorda igual que es pecado, jejejeje
EliminarEn las grandes superficies no se compran dulces como esos y no se podrá hacer jamás.
ResponderEliminarBesos
Y menos con esas viejitas tan lindas.
EliminarLa boca se me hizo dulce, y con esta entrada, me vino con nostalgia, el sabor que tenía para mi de niño la navidad: dulzura. Carlos
ResponderEliminarMe alegro que leerme te haya servido para recordar tu dulce infancia, espero que lo hayas pasado bien.
EliminarSin dudas, un gesto que marca la diferencia 😊 un abrazo
ResponderEliminarPues sí , aunque es triste que marque la diferencia la ternura y la dedicación de las señoras de la pastelería, cuando eso debería ser la normal ¿no te parece?
EliminarSi, de vez en cuando hay que rebobinar y poner el cuentaquilómetros a cero, a mi me conserva joven...jajaja
ResponderEliminarBesitos y salud
Tú siempre has sido joven.
EliminarSalud y besos
Tu relato de hoy me ha resultado muy dulce, así que, teniendo en cuenta que yo soy muy muy muy goloso, pues me ha gustado mucho...
ResponderEliminarDulces y pareados
ambos han de ser catados...
Abrazo
Tu pareado también es buena, las hermanas confiteras les gustaría tenerte allí para que les echaras una mano y no se formaran tantas colas, jjejejejeje
EliminarHola Tracy. Por supuesto que un pequeño comercio, como en este caso esa entrañable pastelería es la mejor garantía de unos buenísimos y caseros pasteles.
ResponderEliminarUn abrazo.
T de una buena relación co el cliente.
EliminarBesos
Qué bonito, me ha encantado.
ResponderEliminarSAludos.
Muchas gracias , Manuela.
EliminarSiempre en estas fechas, nos surtimos de una variedad de dulces. Me gustan bastante, pero me contengo a consumirlos hasta que no lleguen las fiestas...lo único que falta, con las pocas salidas que hago es aumentar el peso.
ResponderEliminarBesos
Yo hago lo mismo, hasta que no empieza la Navidad no empiezo a comer mantecados , ni roscos de vino que me encantan, porque si no, serían mi perdición.
EliminarPrecioso relato! Gran entrada Tracy.
ResponderEliminarFelicidades en estas fiestas!
Un beso.
¿Es que no nos vamos a leer antes de la Nochebuena?, si es así, también yo te deseo lo mejor: salud para ti y para los tuyosen estas Fiestas y SIEMPRE..
Eliminar¡ Estoy de acuerdo, el mundo está necesitando ternura y poesía !
ResponderEliminarPor una dedicatoria de estas...yo tambien me pondría a la cola.
Besos cariñosos.
¡Y yo!
EliminarPero esas dedicatorias también las puedes hacer tú. si quieres te ayudo.
Besos
Se están perdiendo esas atenciones por amor al arte, más que al dinero. Es una pena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí que es una pena.
EliminarEntrañable y precioso.
ResponderEliminarIría, sin duda.
Qué bonito.
Un beso muy fuerte, Tracy.
Sabía que a ti te iba a gustar esta confitería.
EliminarBesitos
¡Qué bonito, Tracy!!!
ResponderEliminarVamos tan rápido que a veces nos perdemos en disfrutar de los pequeños detalles.
Besos
Si algo nos está enseñando esta maldita pandemia es a ir más despacio, espero que aprovechemos la enseñanza.
EliminarTu relato tiene la solera de los cuentos de Navidad, Tracy. Has puesto magia y sentimiento y lo has bordado. Enhorabuena, me gustó por su dulzura y generosidad.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable, amiga.
Eso es lo que quise hacer, un cuento de Navidad y parece ser que lo he conseguido, al menos para ti ¡Qué bien!
EliminarPues tendrás que darnos la dirección de la confitería, yo estoy dispuesta a hacer cola...besos.
ResponderEliminar¡Ay si yo la supiera...!
Eliminaralto....alto ahi, para dónde vamos con esas prisas ?, Es en esas tiendas donde te sirven totalmente gratis una sonrisa,un consejo...y unos versos de trastienda. No los vamos a encontrar en esas estanterías asépticas repletas de variantes de la misma cosa y sabores a veces impersonales. Encantadoras señoras que regalan una forma de servir de esas manera
ResponderEliminarUn abrazo
Ojalá todo el mundo supiera valorar estas pequeñas tiendas que son puro amor, que las hay.
EliminarBesos
Un encanto y parsimonia que no tienen las franquicias...ayer me compré yo un bizcocho de yema en una de esas de toda la vida y tú relato me ha vuelto a traer a la memoria el sabor y el lacito que te hacen para transportarlos: todo un arte.
ResponderEliminarBesos
Estos pequeños negocios te atrapan el corazón además de ofrecer sus productos.
EliminarUn encanto y parsimonia que no tienen las franquicias...ayer me compré yo un bizcocho de yema en una de esas de toda la vida y tú relato me ha vuelto a traer a la memoria el sabor y el lacito que te hacen para transportarlos: todo un arte.
ResponderEliminarBesos
Las franquicias me aterran, es todo tan predecible...
EliminarEn los tiempos que corren, una parada tan dulce es de agradecer. Yo compraría de todo, pero los bombones de licor me chiflan. Gracias por participar. Feliz Navidad. Un beso
ResponderEliminarA mí también, es lo que más me gusta de todo cuanto pueda pensar.
EliminarUn beso
Las ancianas, a la par que despachan, hace de detectives indagando sobre el cliente a ver que le sonsacan. Y como premio al interrogatorio, se lleva unos versos más que personalizados.
ResponderEliminarYo quiero a esas señoras en mi barrio pero ya!!!
Bss.
Hacen de detectives para sacar información para sus poesías , no por chismorreo insano.
EliminarYo también las quiero no en mi barrio, sino en mi calle.