Esta semana nos coordina NEO que nos ha propuesto como tema que escribamos sobre el rincón que más nos motive de aquellos que nos ha presentado. Nos podéis leer en su blog
El rincón elegido por mí es este
Cuando quería estar sola, sacaba el coche del garaje y conducía por esas carreteras estrechas y pobladas de árboles que me conducían a la cima de la colina, donde mi abuela vivió la etapa de su vida en que creyó que su estancia en la ciudad ya no era necesaria. Decía que quería estar lo más cerca posible del cielo para que en su tránsito no tuviese que recorrer mucho camino.
Arregló el desván de la casa transformándolo en buhardilla con unas vistas espectaculares y la decoró, como si se tratara, no diría yo de una adolescente, pero sí de una mujer jovial, que esperaba vivir allí muchos más años, de los que por naturaleza le restaban.
Ahora, quien tiene este lugar como refugio soy yo, aquí escribo desconectando del trabajo y busco mi descanso entre viaje y viaje por esos mundos de Dios. Pienso que desde que mi abuela decidió arreglar la buhardilla pensó en mí como futura propietaria e inquilina de ella.
A mí me gustaba estar allí, subía a verla a menudo, hablábamos de todo, de la vida, la muerte, la política, se interesaba por mis libros, mis conferencias... tenía unas ideas lúcidas, muy modernas para su época y pocas veces se equivocaba. Era la única que no me preguntaba si tenía novio o no, y me decía que para ser feliz no hacía falta casarse:
- Sólo tienes que estar preparada para cuando llegue tu alma gemela.
A mis preguntas siempre me contestaba con evasivas... se casó muy joven... enviudó muy pronto... Yo insistía en lo del alma gemela y respondía:
- Cuando llegue, sabrás quién es y además siempre estaréis juntos aún estando separados.
Lo que no me especificó es que mi media naranja podía aparecer en las antípodas.
Oía la radio para escuchar los canales de música y enterarse de la actualidad, por si subía alguien a verla, que no fuera yo, poder seguirle la conversación.
Sólo veía la tele cuando había campeonatos de natación ¡le encantaba!.
Escribía mucho en cuadernos de diversos colores que guardaba cronológicamente en su mueble de cajoneras y del que me había dicho que ahí encontraría material para que lo utilizara, si lo creía interesante.
La lectura, las plantas y sus pensamientos la mantenían entretenida todo el día, al menos eso creía yo, hasta que un día le dije...
- ¿Pero abuela, no te aburres? ¿a qué dedicas todas las horas del día?
Ella, mirándome con sus ojos picarones, me dijo muy risueña...
- ¿A qué me voy a dedicar? ¡Lo primero a hacer sexo y después a todo lo demás!
- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ ????????????
Una abuela así, necesitábamos todos. ;)
ResponderEliminarYa te digo...
EliminarJajajaja esa abuela sí que sabía.
ResponderEliminarUn abrazo.
La edad da mucha sabiduría.
EliminarTodos necesitamos de un rincón personal, nos da estabilidad y todos merecemos una abuela que nos indique el camino.
ResponderEliminarMejor la abuela que el rincón ya nos lo buscaremos cada cual.
EliminarPues claro....
ResponderEliminar;)
EliminarUna genia esa abuela! Qué bello lugar aparece en la imagen! Recuerdo que en épocas en que buscábamos vivienda para mudarnos con mi marido, habíamos encontrado una casa con un lugar así, le faltaba la decoración, pero fue lo que más me gustó, un sitio encantador, lamentablemente el resto de la casa no era para nosotros. Precioso relato, Tracy, un abrazote!
ResponderEliminarMe has recordado con tu comentario al libro que estoy leyendo ahora, ya te contaré.
EliminarNo conocí a ninguno de mis abuelos, pero de haberlos conocido, no me hubiese importado tener una abuela así.
ResponderEliminarAunque me temo que, siendo yo varón, la respuesta no hubiese sido esa.
Besos.
Me has hecho pensar mucho con tu comentario.
EliminarComo sabes tengo dos nietos varones y si llegara el caso y yo fuera la abuela del relato le hablaría con la misma naturalidad, que la abuela del relato le habla a su nieta. Y me entenderían. Será porque los tiempos han cambiado, afortunadamente.
Un abrazo
¡Ay ! esa abuela que picarona y sabia era, . Un precioso y tierno relato que la imagen asi al menos a mí lo quería. Un besote .
ResponderEliminarAdemás de sabia, muy cercana, me encanta ese personaje.
EliminarUn abrazo
La abuela ya venía cuando todos iban... jajjaaja
ResponderEliminarEfectivamente, jajajaja
EliminarEse espíritu de la abuela me recuerda a quien redacta esta publicación la cual es nostálgica y muy útil para ejemplo de quien quiera interpretarlo.
ResponderEliminarGracias, Tracy.
Pues a mí me gustaría ser como esa abuela cuando pasen muchos años y mis nietos sean mayores. No te has equivocado mucho.
EliminarJajajaja, tu abuela era una mujer excepcional. Se nota la añoranza. Me encantó el relato. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Nuria.
EliminarUn abrazo
jajajaa Ole! Una cosa que he descubierto yo al ser abuela, es que no se deja de ser mujer por el hecho de tener un nieto. Y que las emociones son exactamente las mismas que a los veinte años, más que nada porque el corazón es el mismo también. Y lo mejor de todo, ya no hacen falta medios para no quedarte embarazada jajaja
ResponderEliminarMe encantó, Tracy.
Un abrazo.
Me encantó tu comentario, porque contribuye como el de la abuela del relato, a que se acabe esa leyenda urbana de que al ser abuela , se deja de ser mujer y efectivamente como tú dices, es cuando se está más tranquila, precisamente porque la propia naturaleza te protege.
EliminarUn fuerte abrazo
Que bueno!! Abuelas así valen la pena. Abrazos.
ResponderEliminarY lo bueno es que cada vez existen más.
EliminarUn abrazo
Entrañable esa abuelita, decididamente muy adelantada a su tiempo! Siempre hay rincones en las casas de nuestros padres o abuelos, que tienen un algo especial! Los desvanes y las buhardillas suelen serlo! Un abrazote!
ResponderEliminarSiempre las habitaciones en las que hemos tenido vivencias agradables suelen gozar de una magia especial y las buhardillas y desvanes suelen ser las que se llevan los primeros premios.
EliminarBesos
Me encantó esa abuela, simplemente felicitarla por su pensamiento, hermoso texto, me encantó leerlo, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Gracias Patricia, te agradezco mucho tu comentario porque anima a seguir fabulando.
EliminarBesos
Creo que dejaría que una abuela me montase una habitación así.
ResponderEliminarLo de que a partir de cierta edad...perimero sexo y luego ya lo que venga me parece muy jovial, y sincero :-). Un abrazo, Tracy
Yo también.¡Necesito esa habitación!
EliminarY en cuanto a lo otro, lo primero es lo primero y lo demás, después.
Hola, Tracy, jajajaja, una abuela terremoto. La has descrito genial, con ternura y, por último, una nota de humor que es la realidad, por otro lado. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Sí te has reído con mi relato, me alegra muchísimo, porque hay pocas cosas que hacen reír y es verdad que me ha salido una abuela terremoto, jajaja
EliminarUna abuela entrañable, debería haber muchas así. Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
Sí todas las abuelas fueran así, cambiaría el mundo.
EliminarMe encantó tu abuela Molly... Tiene algo de Gustab y otro poco de Juan de Marco.
ResponderEliminarGustab
¿Molly? Tiene de todos ,menos mi nombre, jajaja ¡Qué bueno!
EliminarSon una especie especial, cuando sos abuelo/a ya tienes impunidad para expresar lo que sientas, quien pude callar la voz de tanta cosas vistas, pero una abu asi es para acurrucarse y escucharla y hasta sus mas lindos silencios.
ResponderEliminarMe encanto tu jueves,
Un abrazo Tracy :)
Ay... Me encanta eso que dices de que una abuela así es "hasta para escuchar sus más lindos silencios"
EliminarPa comerte, vaya.
Besos guapa
Un ser pleno tu abuela, Tracy, como vos, como ese rincín de luz que te ha inspirado y nos permite ahora espiar en esa parte de tu mundo. un abrazo y muchas gracias por sumarte
ResponderEliminarGracias a ti por conducirnos y me alegra que te gustará el personaje de la abuela, yo misma estoy encantada con él
EliminarBesitos.
Buhardillas y desvanes, son también mis cuevas...
ResponderEliminarY las yayas, quienes nos mostraron el camino.
Hoy te aplaudo, prima.
Plas, plas, plas.
Muchísimas gracias, guspísima.
Eliminarmadre mia y yo que pensaba que se habia preparado una habitación para ver caer la lluvia y me sale que primero sexo y despues...loo que sea jajajajaja, Quitando el inesperado final, me ha gustado la descripción del lugar y de la persona Un abrazo
ResponderEliminarYo me doy por satisfecha porque te ha gustado la descripción del lugar y de la persona y te has reído con el inesperado final ¿Qué más puedo pedir?
EliminarUn abrazo
Tracy, te he visto en tu relato...Tienes alma de escritora y sabes comunicar muy bien. Ahí te he visto en la buhardilla, creando y recreando la vida...Eres una abuela muy especial.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y agradecido por esa constancia cantarina, amiga.
Gracias por leerme, aún pasados los dís, no sabes cuanto te lo agradezco, tu opinión , para mí, cuenta y mucho.
EliminarInfinitas gracias amiga del alma.