Este jueves nos conduce Inma Blanco con "Días de lluvia o nieve".
Veremos que se nos ocurre, coged los paraguas y a casa de Inma
DÍAS DE LLUVIA
Juan era psicólogo y trabajaba como tal en el Instituto Meteorológico de Londres.
Los cielos grises y la lluvia constante de la ciudad, lo hacían maldecir la hora que decidió dejar su Galicia natal para seguir padeciendo un clima similar. Tenía que haber elegido un lugar sin tanta lluvia, pero el trabajo manda y allí estaba él, por lo menos se dedicaba a lo suyo.
Gracias a su extraordinario expediente, vio una oportunidad de cambiar lluvia por sol y solicitó una beca que había salido para investigar las consecuencias que podría ocasionar la falta de lluvia en las personas que vivían en una de las zonas más secas del planeta situadas cerca del desierto de Atacama en Chile.
Le dieron la beca y lo celebró desbordado de alegría.
Se marchó más pronto que tarde y se instaló en un nuevo país, totalmente distinto a los que había visitado hasta entonces.
No cabía en sí de gozo, sobretodo por haber dejado atrás la constante y cansina lluvia y los cielos grisáceos que las cobijaba.
Fue pasando el tiempo y Juan se percató de que no tenía que recurrir a los vecinos del lugar, porque en él mismo podía estudiar los cambios que había experimentado en su carácter la falta de lluvia, eran tantos y tan profundos que lo habían llevada a tener añoranza, no sólo de su tierra, sino incluso de Londres. Como sería que inventó unos artilugios programados para echar agua, de vez en cuando, en los cristales de las ventanas como si fuera lluvia. También inventó un dispositivo para acoplar al paraguas y que pulverizaba el agua que salía de unos pequeños depósitos colocados sobre su tela como si de la misma lluvia se tratase, igual hizo con los toldos que protegían los patios de las casas,,,
Así fue como Juan llegó a ser el loco más famoso de toda la región, donde sigue inventando más y más aparatos para simular la lluvia. Su fama es tan universal que ha llegado al mismísimo Mundo Juevero, siendo protagonista hoy de este relato.
Es que Juan!!!, a quién se le ocurre irse al desierto de Atacama??????????
ResponderEliminarAynssssssss
Besos.
¿Que a quien se le ocurre?
Eliminar¡Pues a Juan!
Me ha gustado mucho lo de los artilugios para simular la lluvia,muy bueno,Tracy.
ResponderEliminarBesos.
Tiene muchos más, puedes encargarle los que quieras.
EliminarLo que no sé es si llegarás a tiempo o le tendrán puesta ya la camisa de fuerza.
Besos
El famoso chirimiri gallego no lo echo yo de menos :)))
ResponderEliminarUn beso, compi.
¿Que lo echas o que no?
EliminarY si te hubiera tenido cerca entre los dos el Nobel esta garantizado. Sana (y lluviosa) imaginación la tuya.
ResponderEliminarEl Nóbel o la celda de electrochoc...
EliminarLo mucho cansa...
ResponderEliminarTodo en su justa medida...
Me gusta la lluvia, y tu relato.
Besos
A mí no me gusta la lluvia, aunque sí mi relato, porque estaría feo que no me gustara habiéndolo escrito yo.
EliminarBesos
La gente del tiempo cuando tiene dudas, te pinta; cuatro gotas, una nube y medio sol, así no fracasan.
ResponderEliminarBesos.
¿¿¿¿Y?????
EliminarJejejeje
Simular la lluvia está bien, pero de vez en cuando tendría que añadir algunos truenos y relámpagos para completar el ambiente
ResponderEliminarEso ya sería la releche, jejejejeje
EliminarLa lluvia, que tanto le molestaba le sirvió para progresar en la vida...Siempre la tuvo presente, como una gran maestra...Muy bueno, Tracy. Me encantó.
ResponderEliminarMi abrazo siempre, amiga
De las situaciones difíclles siempre se puede sacar algo positivo ¿no?
EliminarAsi somos nunca sabremos realmente lo que queremos
ResponderEliminarBesos
inconformistas por naturaleza.
EliminarMuy original, y con lección incluida. Gracias.
ResponderEliminarGracias a ti siempre.
EliminarNo hay nada mas doloroso que añorar lo que antes molestaba…pero quizás eso fue bueno para sacar su vena de inventor…
ResponderEliminarMuy bueno Tracy.
Un fuerte abrazo
No hay mal qu por bien no venga
EliminarMuy, muy ingenioso! Me encantó.
ResponderEliminarSe extraña mucho lo que deja de tenerse al movernos.
Un beso.
Celebro que te haya gustado
EliminarGracias y un beso.
Gallego tenía que ser, jaaaa
ResponderEliminarExtremista, loco y psicólogo
Si es que cómo tú, no hay dos!!
He hecho triple carambola sí, jajajajajajaja
EliminarMe encantan los días de lluvia, será porque ultimamente escasea. Ingenioso este Juan, jeje.
ResponderEliminarLola
A mí no me gusta nada la lluvia, aunque reconozco los beneficios y lo importante que es.
EliminarComo una cabra el pobre... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Pobre Juan!!!!
EliminarMuy original.
ResponderEliminarBesos.
Buenísima esta historia que te has sacado de la manga.JAJAJA. Para troncharse de risa.
ResponderEliminar¡Que viva el buen humor!!!
Gracias por compartir.
Sabes que para mí el sentido del humor es muy importante y por eso he creado a Juan así
EliminarSi es que ni lo mucho ni lo poco jajajja. Divertido este Juan y sus días de no lluvia.
ResponderEliminarBesos.
Eso de "sus días de no lluvia" me ha gustado.
EliminarSomos lo que nos ha visto crecer y más vale recordarlo antes de hacer mudanza, aunque sea al país de la alegría.
ResponderEliminarbesos
Esa es una buena lección, gracias por compartirla.
EliminarEstupenda la imaginación de Juan , siempre cuando no tenemos algo , lo echamos en falta y mira él que tanto odiaba los días grises y lluviosos , fue capaz de inventar algo para sentirlo de nuevo , muy bonito .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Esto está muy exagerado pero la verdad es que suele pasar que al final se acaba echando de menos lo que antes se ha criticado.
ResponderEliminarSi llueve mucho, malo. Si no llueve, peor. ¡Si es que nunca estamos a gusto!
ResponderEliminarAsí es, siempre insatisfechos.
EliminarMuy bueno, Tracy, y sorprendente final.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte, incluso tarde.
:)
Los besos nunca llegan tarde.
EliminarSiempre se echa de menos lo que se pierde, aynsss
ResponderEliminar''''''''
''''''''
Besos.
¡Es verdad!
Eliminar¡Hola! Me encanta la lluvia y esta lluvia simulada me ha fascinado <3
ResponderEliminarPrecioso relato.
¡Un abrazo!
Me alegro muchísimo de que te haya fascinado.
EliminarMuy original el cuento. Realmente cuando se conocen los diferentes estados climáticos, a pesar de cansarnos si no suceden nos pasaría como a Juan y lo echaremos de menos.
ResponderEliminarSaludos
De todo nos cansamos...
EliminarComo se puede vivir sin lluvia? Yo seguro que haria como Juan, pues no es nada poder dormir sintiendo como caen las gotas de agua. Un relato muy original, besos.
ResponderEliminarEn cambio a mí no me gusta la lluvia nada.
EliminarOhhhh qué personaje tan encantador. Yo también soy de las que disfruta viendo caer la lluvia.
ResponderEliminarBesossss
Y te lo presentaré, aunque ya lo has conocido.
EliminarY es que no estamos contentos con nada, que si llueve mucho, que si no llueve nada. Y es que lo monótono aburre.
ResponderEliminarUn abrazo
Nuestra endémica disconformidad...
EliminarMe ha encantado el tono humorístico de tu entrada reflejado en esos mil y un invento con los que simular dias de lluvia. Viene a corroborar el hecho de que nadie está contento con lo que tiene.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pues sí, eso está totalmente demostrado.
EliminarSí que se ha hecho famoso. Un personaje singular. Me encanta tu buen humor.
ResponderEliminarUn abrazo
Genial el final.
ResponderEliminarAdemás, pasa que nunca estamos satisfechos con lo que tenemos y nunca sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos.