JEVEANDO CON AIRES GÓTICOS

                                      Nos dirige Mag y nos pide que hagamos nuestros relatos de esta semana teñidos de aires góticos, podéis leerlos aquí 

  Quiero decir de entrada que  no me gusta el género de terror y por ende tampoco me gusta la narrativa gótica, aunque tanto uno como otra, sé que gozan de muchísimos seguidores a los que respeto profundamente, igual que a sus autores.

Dicho ésto, os respondo a la pregunta que os estáis haciendo todxs: el porqué de mi participación, pues simple y llanamente por Mag, quien nos convoca, en la que descubrí  una gran amiga  la semana que me tocó dirigir el Jueveando,  y a la que quiero acompañar hoy: ¡Va por ti!


TIEMPOS  GÓTICOS
     Cuando Vivien  Leigh, protagonista de "Lo que el viento se llevó", le dijo al Director de la cinta que porqué tenía que llevar la ropa interior de la época si no se iba a ver en pantalla,  él le contestó: "Nadie sabrá que la llevas, pero tú sí".
Creí que era un sabio consejo y yo hoy lo he seguido a pie juntillas, evidentemente eso hace que te creas más al personaje y lo interpretes mejor. Por eso antes de ponerme a escribir me he metido en la piel de una protagonista gótica y me he transformado en ella vistiéndome de pies a cabeza de negro, me he pintado las uñas moradas haciendo juego con mis labios, me he maquillado como una muerta-viviente, lo que no es muy difícil teniendo en cuenta que llevo dos meses confinada, sin que me de el sol y el aire.
Me he ribeteado de negro mis maravillosos ojos hinchados por el carrusel de las emociones que se sienten en estos días, me he desprendido de mis lentes, para que parecieran mis ojos, aún más góticos con lo cual no veo ni torta.
Antes de hacer esta obra de arte, me he enmarañado y engominado los cabellos y aquí estoy, desde luego da pavor verme, pero el pavor se convierte en risa estentórea cuando me miro al espejo, lo cual no sé si es bueno o no, para la interiorización del personaje.
Una vez metida en situación, he decidido prescindir de castillos, viajes en el tiempo, muertos que renacen o ruidos extraños.
En su lugar he decidido poner la tele a la hora en la que dan el  número de fallecidos a causa del covid19. 
Miro la mala cara que tiene Fernando Simón, realmente me cae bien este señor, pero es pieza insustituible en esta narrativa gótica al ser la persona que da la cara día a día dando las cifras escalofriantes de las bajas que se han producido. Un número que se creía real, pero parece ser que ahora han aumentado debido a diversas causas
Ésto es pura narrativa gótica.
Los muertxs deben estar revolviéndose en sus tumbas, al pensar que encima de morir en la más tétrica soledad, sus familias tuvieron que pasar un calvario hasta dar con la ubicación de sus cuerpos, para  una vez localizados, ser enterradxs sin recibir el último adiós de sus seres más queridos.
Todas estas  circunstancias contribuyen a envolver en la más absoluta oscuridad estos meses que estamos viviendo con la angustia propia de la incertidumbre.

No sé si la pandemia, me respetará,
tampoco sé si el virus me infestará,
ni cómo ni cuándo todo terminará.

Sólo sé que los fallecidos, no volverán,
ni los ancianos, resucitarán
y que sus familiares, nunca los olvidarán.