JUEVEANDO CON LO ABSURDO Y LO GRACIOSO

Este jueves nos conduce Doro que parece que tiene ganas de que nos ríamos a lo largo de esta convocatoria. Es una agradable forma de empezar el año, si os sumáis a este propósito pinchad aquí

Como sabéis  he estado en Madrid y ya he vuelto,  cansada no, lo siguiente, porque los que me conocéis sabéis que quiero llevarlo todo para adelante. 
 En cuarenta y ocho horas he hecho:  
un viaje de ida, otro de vuelta, una exposición, un concierto y una trasnochá estupenda.

Todo esto viene a que este jueves voy a compartir algo que escribí en abril de 2010 y que puede encajar en el tema propuesto por Doro. No me ha dado tiempo de hacer nada nuevo así es que  creo que por primera vez en mi vida bloguera , reedito.
Espero me sepáis disculpar.

NO SE LLAMA PEPITO

pero es un grillo que se ha colado en mi casa y no me deja dormir
Son las cuatro de la mañana.
Lo más curioso, según me estoy informando en el Google, es que me va a ser muy difícil locallizarlo porque "la longitud de onda de su canto (???), es similar a la distancia que hay entre los dos oídos humanos".  ¡¡¡¡TOMA YA!!!
Así es que he cerrado las habitaciones para amortiguar su estridente sonido. Pero...¡qué va!, sigue sonando la música.
La búsqueda y captura, del susodicho, la dejaré para mañana, no es cuestión de poner a los vecinos en planta. Ahora me conformo con que las horas pasen rápidas y aprovecho para culturizarme sobre semejante bichejo.
                                                        ¡Pero...qué feísimo es!





                                                         

 El sonido que emite es directamente proporconal  a su fealdad. La  potencia ensordecedora que  produce, según sigo descubriendo, tiene el único objetivo de atraer a la hembra. El pobre debe estar "muy necesitado" porque está poniendo todo su empeño en ser oido por alguna despistada que ande por ahí.
Yo creo que ha perdido el Norte porque por aquí no creo que haya ninguna grilla.

Pero...ahora que lo pienso...¿y si acude a sus reclamos alguna hembra despistadilla y algo necesitada de amor?
¡Qué horror! porque,  por lo visto, son animales muy prolíficos, según me sigo instruyendo.
Por último, me acabo de enterar, su sonido nos sirve a los humanos además de para no dejarnos dormir y hacer un monográfico sobre ellos, para conocer la temperatura que hará al día siguiente  (que aquí deberá ser altísima).
Y yo me pregunto ¿no es más fácil comprarse un termómetro que está callaíto y no va de un lado a otro?

                                                                                                     (Abril 2010)